Ahora está en penal de Libertad

Policiales | 19 Abr El joven de 19 años procesado por el secuestro, violación y asesinato de Daiana Martínez en Lorenzo Geyres “fue abusado y torturado sexualmente (empalado) por otros reclusos”, según dijo el Comisionado Parlamentario de Cárceles, Álvaro Garcé, al sitio web 180.com.uy.
“El Mister” fue procesado junto al menor “El Gordo” por secuestrar, violar y matar a la adolescente de 13 años en la localidad de Lorenzo Geyres, unos 30 kilómetros al norte de la ciudad capital.
Garcé confirmó esta información y dijo que estos castigos a violadores se han instalado en las cárceles. “Los casos de mayores de edad procesados por delitos sexuales generalmente van a algún pabellón aparte del resto para tratar de prevenir las situaciones de violencia”, afirmó Garcé, pero agregó que “la tendencia a tratar de cobrarse las agresiones que han cometido este tipo de autores de delitos es general” y en algunos casos las medidas de seguridad no son del todo efectivas.
El procesado por homicidio especialmente agravado fue abusado y torturado sexualmente por otros reclusos. Garcé había recibido información no oficial que indicaba que las agresiones al joven de 19 años habían ocurrido en la cárcel de Paysandú, pero Alfredo Coelho, director de esta cárcel, aseguró a la web que durante las menos de 24 horas que el joven estuvo allí no recibió ataques de ningún tipo. Luego el joven fue trasladado al Comcar, según Coelho. Garcé afirmó no tener confirmación de esto, pero garantizó que el sujeto fue agredido y que está actualmente en el Penal de Libertad bajo medidas especiales de seguridad para impedir que vuelvan a atacarlo.
Orden en la cárcel sanducera
Al recibir la información de que los ataques habían ocurrido en la Cárcel Departamental de Paysandú, Garcé había opinado que era un caso aislado, porque la de Paysandú “es de las más ordenadas del todo sistema carcelario uruguayo”. Respecto a los ataques que ocurren en otros establecimientos carcelarios, Garcé dijo que lo que lleva a que se produzcan es principalmente el hacinamiento, que dificulta que diferentes tipos de reclusos no tengan ningún contacto entre sí.
Reiteró además que este no es el caso de la cárcel de Paysandú, y que este establecimiento “llevaba años sin tener un reporte de incidentes violentos”.