Nacionales | 20 Abr No salió como se esperaba
En un resumen interno de Asamblea Uruguay se informa que en la Mesa Política del Frente Amplio del lunes 16 se hizo “una evaluación crítica” respecto a los desembarcos de legisladores en el interior del país, publicó El País.
“La información y evaluación es muy crítica dado que no se cumplieron los objetivos planteados de ser una actividad para impactar en la opinión pública departamental con la presencia de varios legisladores nacionales que mostraran lo que el Frente Amplio está haciendo y que en este período preelectoral se sumará a la difusión de cuándo, quién y qué se vota”.
El viernes 13 viajaron 19 legisladores a Maldonado y el sábado 14, otros 12 fueron a Minas, pero “la realidad fue muy distinta a la proyectada” en un inicio. Asamblea Uruguay reconoció que “el transporte se realizó en un bus que no pudo identificarse como se había planificado plotear”. Además “tampoco se pudo preservar la pintura, ni sacar banderas” porque las ventanas no se abren”.
Por su parte, el diputado Alfredo Asti (Asamblea Uruguay) dijo que las salidas al interior no fueron consideradas un fracaso por la bancada del Frente Amplio, que decidió el martes 17 la suspensión de esas actividades. Asti indicó que “se dejó en manos de las departamentales del interior la preparación de las agendas, pero las mismas no implicaban el contacto con la gente”. El legislador agregó que si bien las visitas eran “valiosas” para el conocimiento de las obras que llevaron adelante los gobiernos municipales, “no implicaban contacto con la gente”.
Eligió salvar el pellejo
El ex guerrillero Jorge Zabalza afirmó que el ministro de Defensa, Eleuterio Fernández Huidobro, eligió “salvar el pellejo en los enfrentamientos con los militares”. A propósito del almuerzo en ADM, donde el ministro llamó “gil” a Jesucristo porque “lo que se pasó predicando fue perdonar”, Zabalza escribió una dura columna en su blog titulada “Catarsis de un gil”.
“Jesús corrió el riesgo de que lo bauticen ‘gil’, como hizo Fernández, por su actitud de afrontar mil sacrificios por la causa que creía justa, de sufrir la tortura en silencio, sin negociar, sin desdecirse de sus creencias y porque, finalmente, se hizo crucificar por sus ideas”, escribió Zabalza.
Sostiene que gil es lo contrario de “vivo”, al que definió como “individuo sin escrúpulos, que no se aferra a los principios ni a su causa con tal de escalar la pirámide, competencia en la cual es capaz de negociar con el diablo y de vender a sus hermanos”.
Zabalza recordó el episodio en el que Fernández Huidobro fue detenido el 14 de abril de 1972, durante un allanamiento en la calle Amazonas en el que murieron los tupamaros Luis e Ivette Martirena. Según Zabalza, el actual ministro fue herido por una ráfaga al azar y al momento de ser detenido “podía haber gritado ‘soy el Ñato y no me entrego’.
En cambio eligió salvar el pellejo, pedir por el juez Echeverría y por ‘Campitos’”, por Hugo Campos Hermidas. Agrega que “hoy recordaríamos a Fernández con la reverencia que recordamos a quienes supieron enfrentar la muerte sin pedir perdón. Lástima que no lo hizo. No se ve a sí mismo en la cruz”. Y acusó: “Si alguien asume el papel de dirigente de una revolución armada, puede esperarse que escupa en la cara de quienes le proponen ‘rendición incondicional o muerte’”.
Zabalza considera que ese día Fernández Huidobro “hizo la opción que determinó el resto de su vida” y afirma que “la continuó desarrollando poco más tarde al proponer la rendición incondicional del MLN T en el Batallón Florida. Cada vez que se mira al espejo o cada noche que lo desvelan los gritos de Ivette y Luis se ve a sí mismo negando tres veces a Jesús de Nazareth, Espartaco, Tupac Amarú y Ernesto Guevara”.
No eran angelitos
El diputado Juan Ángel Vázquez (Vamos Uruguay) dijo en medio de un homenaje a ocho mártires del Partido Comunista que los militantes fallecidos “no eran ningunos angelitos”.
Vázquez respondió que los comentarios del diputado comunista Hugo Dávila, que leyó un discurso de homenaje a los fusilados, “no se ajustan a la realidad, Pacheco no era presidente en ese momento y no era fascista”. Agregó --y disparó la polémica-- que los militantes asesinados “no eran ningunos angelitos”.
El diputado Dávila había dicho que “el crimen perpetrado por sectores fascistas” se inició en el gobierno de Jorge Pacheco Areco, quien “en representación de la oligarquía proimperialista le declaró la guerra a los trabajadores”. Además indicó que la “pendiente fascista se profundizó con la asunción a la presidencia de Juan María Bordaberry”.
Los dichos de Vázquez, como era de esperar, generaron protestas y discusiones que obligaron al presidente de Cámara, Jorge Orrico, a pedir un cuarto intermedio de 15 minutos. Luego tomó la palabra el diputado José Amy (Vamos Uruguay) y señaló que no se podían hacer alusiones en homenajes, lo que hizo que todo volviera a la normalidad.