Deportes | 18 Abr Las escuderías de Fórmula 1 llegaron a Bahrein en medio de fuertes medidas de seguridad para correr el domingo la cuarta fecha del Mundial, en el circuito de Sakhir, a unos 30km de Manama.
Miembros del equipo español de HRT no pudieron desplazarse al circuito para comenzar a instalar el motorhome del equipo, pese a la fuerte presencia policial en las calles.
Personal de Pirelli, la fábrica italiana que provee de neumáticos a la F1, y de la escudería Red Bull dijeron en cambio que sus desplazamientos en la ciudad fueron absolutamente normales.
La policía usó gas lacrimógeno para sofocar a grupos de manifestantes que exigen más democracia en el país y cuyas protestas amagaron con provocar la cancelación del GP, como ya sucedió el año pasado.
“Tenemos nuestros problemas, pero Bahrein no es Afganistán ni Siria”, afirmó ayer Zayed Al Zayani, responsable de seguridad del circuito, quien agregó que su país precisa “ayuda para volver a la normalidad”. El gobierno recibió ayer como un aval la confirmación del GP por parte de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), no obstante la oposición de las escuderías y reclamos de parlamentarios británicos. Las escuderías se preparan ahora para correr sobre un asfalto que tendrá una temperatura de 55 grados, el doble que el GP del domingo pasado en China, por lo que se prevé una carrera “completamente distinta”, según admitió el exproyectista Gary Anderson.