Paysandú, Viernes 27 de Abril de 2012

Reciclaje de envases en el debe

Opinion | 24 Abr De acuerdo a lo expresado por la directora de Planificación de la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama), Marisol Mallo, a El Observador, se puso en marcha un “instrumento de control más potente” con vistas a hacer respetar las normas que obligan a las empresas al reciclaje de envases, que es uno de los aspectos notorios que existen en el debe, si se juzga a simple vista lo que vemos cuando se arrojan desechos a la vía pública.
De esta forma, las empresas que vendan, importen o distribuyan envases de cualquier tipo están obligadas a hacerse cargo de ellos. El gobierno está decidido a profundizar el cumplimiento de la Ley de Envases e insistir en la responsabilidad de quienes ponen en el mercado productos envasados en recipientes no retornables.
La norma no solo comprende envases de bebidas o lácteos, sino también están bajo esta norma quienes comercializan café, yerba, especias, galletitas, productos de panadería y de cacao, así como artículos eléctricos y electrónicos, por ejemplo celulares o televisores.
Desde el pasado 16 de abril las direcciones nacionales de Aduanas y de Medio Ambiente iniciaron el control de inscripción de las empresas que importan productos envasados en recipientes no retornables en el registro que establece la ley vigente. La inscripción “será condición necesaria para que las empresas puedan importar los productos envasados alcanzados por la reglamentación”, en base a lo establecido por la Ley de Envases de 2007.
El hecho de que a cuatro años de la entrada en vigencia de la norma se haya decidido hacer más severos los controles, habla de que no se ha tenido la respuesta esperada desde su aplicación. Esto indica también que se ha recaído en un viejo vicio de nuestro sistema institucional y legal, que suele creerse que todas las cosas se arreglan con la aprobación de una ley y se deja un enorme vacío en cuanto a los controles para que efectivamente se respete en todos sus términos, por lo que se desnaturaliza el objetivo buscado con la ley de que se trate.
Tiene que ver mucho con nuestra idiosincrasia, por supuesto, pero además con una falta de seguimiento de los temas cuando no hay grupos directamente interesados en que se observen normas que así como benefician en este caso el interés general del cuidado del medio ambiente, también implican que deban afrontarse mayores costos por los directamente involucrados, que deben incorporar por esta causa un mecanismo específico para hacerse cargo de la recolección, stock y reciclaje.
Es pertinente por lo tanto que tras una evaluación primaria se haya decidido “endurecer” los controles –que probablemente no existían-- y aplicar además las sanciones correspondientes para quienes no cumplan con la normativa. Según lo expresado por la directora de Planificación de Dinama, si bien la reglamentación de la ley prevé fuertes sanciones para las empresas que no acaten la norma, la administración central hasta ahora no ha adoptado las medidas sancionatorias a que habrían dado lugar las omisiones.
Mallo explicó que igualmente “en la medida en que se avance en el proceso se estará en condiciones de aplicar tanto la sanción económica como la prohibición de comercialización”, lo que indica que quienes incumplen la normativa en caso de sanciones leves como incumplimientos administrativos deberán abonar entre 50 y 1.000 unidades reajustables (entre 29.000 y 578.000 pesos) y en lo que refiere a las infracciones graves entre 200 y 7.000, es decir hasta un máximo de cuatro millones de pesos.
Es positivo que todas las empresas deban contar con un plan de gestión de los residuos de envases de los productos por ellos comercializados, previendo el cumplimiento de los objetivos de reducción, retornabilidad, reciclado y valoración de esos residuos. Pero hasta ahora ese plan solo se lleva adelante en Rivera, Rocha, Flores, Maldonado y Canelones, en tanto se espera que este año pueda estar implementado en Montevideo, para extenderlo luego a todo el país.
Es decir que tener un alcance nacional, y que se cumplan efectivamente los controles, son dos aspectos fundamentales para pensar en que tenga éxito esta iniciativa enmarcada en la preservación del medio ambiente, un área en el que los uruguayos seguimos en el debe.
Y ello es así no solo porque hay empresas omisas, sino porque todavía falta mucho en materia de concientización de la población, como lo vemos a diario cuando se forman de un día para otro basurales en cualquier rincón de la ciudad, se arrojan residuos --muchos de ellos envases, precisamente-- en la vía pública y los controles y las sanciones se mencionan por las autoridades competentes pero no suelen verse por ningún lado.


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