Nacionales | 29 Abr Una multitud asistió ayer al sepelio del policía Óseas Pintos, riverense, ultimado por un recluso. El cortejo se extendió por veinte cuadras a pie y con el féretro cubierto por el Pabellón patrio y una camiseta de Nacional, cuadro de sus amores, informó El País Digital. El ministro del Interior, Eduardo Bonomi, encabezó la marcha, pero no brindó declaraciones a la prensa. La parte oratoria estuvo a cargo del director del Instituto Nacional de Rehabilitación, Alcides Caballero, y, posteriormente, un uniformado leyó “unas palabras dirigidas a la familia y a sus compañeros”, las cuales culminaron con el grito: “Viva la Guardia”.
Para Caballero, la muerte de Pintos se debió a “que alguien ingresó un arma de fuego al establecimiento”, asegurando que se trató de un “hecho inédito, inexplicable y nunca ocurrido en un establecimiento carcelario”, en referencia “a la utilización de un arma (para que) se le diera muerte a un guardia penitenciario”. El jerarca afirmó, en relación a este episodio, que “merece una reflexión de todos nosotros, sobre todo de quienes tenemos que ver con el sistema penitenciario uruguayo”. Hacía cinco años que Pintos “trabajaba en un lugar muy difícil como lo es el Penal de Libertad, lugar en el que están privadas de su libertad las personas de mayor peligrosidad”, afirmó el director del INR. Caballero destacó la figura de Pintos, de quien dijo siempre “estaba dispuesto a tenderle la mano a los compañeros cuando lo necesitaban”.
Añadió que era “una persona que manejaba valores que, capaz, ya están un poco fuera de nuestra sociedad”.