Paysandú, Martes 01 de Mayo de 2012
Opinion | 29 Abr Digámoslo así, “de entrada”, sin rodeos ni circunloquios: Paysandú debe considerar seriamente la posibilidad de realizar una movilización sólida y eficaz para lograr que la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) declare por lo menos a dos lugares del departamento Patrimonio de la Humanidad. Tal título se confiere a sitios específicos del planeta (sea bosque, montaña, lago, cueva, desierto, edificación, complejo o ciudad) que han sido nominados y confirmados para su inclusión en la lista mantenida por el Programa Patrimonio de la Humanidad, administrado por el Comité del Patrimonio de la Humanidad compuesto por 21 estados miembro que son elegidos por la Asamblea General de Estados Miembro por un período determinado.
El objetivo del programa es catalogar, preservar y dar a conocer sitios de importancia cultural o natural excepcional para la herencia común de la humanidad. Bajo ciertas condiciones, los sitios mencionados pueden obtener financiación para su conservación del Fondo para la conservación del Patrimonio de la Humanidad. Fue fundado por la Convención para la cooperación internacional en la protección de la herencia cultural y natural de la humanidad, que posteriormente fue adoptado por la conferencia general de la Unesco el 16 de noviembre de 1972. Desde entonces, 188 países han ratificado la convención.
A finales de 2004, había un grupo de seis criterios en el ámbito cultural y otro de cuatro en el ámbito natural. En 2005 esto se modificó para que hubiera un único grupo de diez criterios. Para ser incluido en la lista de Patrimonios de la Humanidad un sitio debe tener un “sobresaliente valor universal” y debe satisfacer al menos uno de esos criterios de selección.
A efectos de ser lo más claros posible transcribimos a continuación dos de esos criterios que, consideramos, pueden ser específicamente empleados para declarar Patrimonio de la Humanidad tanto a la Ciudad de Paysandú (o específicamente el perímetro defensivo establecido en el sitio de 1864/65) como también al lugar donde estuvo asentada la Villa de la Purificación y el Cuartel General del Hervidero.
El numeral III establece: “Aportar un testimonio único o al menos excepcional de una tradición cultural o de una civilización existente o ya desaparecida” mientras que el VI indica textualmente: “Estar directa o tangiblemente asociado con eventos o tradiciones vivas, con ideas, o con creencias, con trabajos artísticos y literarios de destacada significación universal”.
Veamos: la Villa de la Purificación fue la sede del gobierno artiguista y del Protectorado de los Pueblos Libres, que incluía a la Provincia Oriental y a las demás provincias federadas en su lucha contra el directorio porteño: Entre Ríos, Santa Fé, Córdoba, Corrientes y Misiones. Desde allí condujo el General Artigas la acción de dichas provincias y en ella se cumplieron los actos de gobierno más trascendentes de la denominada Patria Vieja.
Resulta innecesario enumerar todas las razones que han llevado al general Artigas a ocupar un lugar de privilegio entre los héroes libertadores de América y está claro que su accionar le ha hecho, sin ninguna duda, merecedor de un homenaje universal. Y qué mejor que declarar Patrimonio de la Humanidad las tierras donde estableció la capital de los pueblos libres.
Por otro lado, conocida es la trascendencia universal que tuvo la Defensa de Paysandú. La gesta heroica de quienes resistieron los embates del Imperio brasileño y sus aliados durante treinta y tres días y sólo fueron derrotados por un engaño ha sido comparada, con justicia, con la mitológica Troya como si los hombres que lucharon “hasta sucumbir” hubiesen sido inspirados por el propio Homero con su milenario relato.
La legendaria lucha de mil contra diez mil, de fusiles de chispa contra cañones, el haber recibido el impacto de cinco mil proyectiles de cañón y, finalmente, el haber sufrido los jefes una injusta muerte por fusilamiento, hicieron que la gesta fuera conocida en todos lados y quedara como ejemplo universal de valor y resistencia. Entonces, no caben dudas que el recinto donde aún vive el espíritu indomable de aquellos héroes debe ser considerado Patrimonio de la Humanidad.
Consideramos muy adecuado y de estricta justicia que los sanduceros efectuemos el planteamiento correspondiente ante el Comité del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Y, para ello, autoridades y fuerzas vivas de Paysandú deberían establecer una movilización conjunta para lograrlo.
Acaso no sea posible llegar a tiempo para presentar esta ponencia en la próxima reunión anual del organismo que se llevará a cabo del 24 de junio al 6 de julio en San Petersburgo, Rusia, pero corresponde que lo intentemos para que aquellos que lucharon por nosotros sepan que no los hemos olvidado.
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