Opinion | 08 May El pasado mes de marzo se cerró el plazo de presentación de ofertas para los catorce emprendimientos que habían quedado afuera de la segunda licitación para parques eólicos convocada por UTE, y de acuerdo a lo informado por autoridades del ente, se logró en esta instancia el objetivo de dejar sentadas las bases para alcanzar los 1.000 megavatios de generación eólica instalada para 2015.
Este optimismo se basa en que se recibieron trece ofertas para nuevos parques de aerogeneradores, sobre un total de catorce en competencia, por lo que si se concretan todas las iniciativas, la inversión proyectada será del orden de los 1.200 millones de dólares, para una potencia de 780 megavatios.
Estas ofertas han sido posibles porque UTE estableció nuevas condiciones para captar las licitaciones que habían quedado afuera de la segunda licitación para parques eólicos, mediante un precio sostén de 63,5 dólares el megavatio hora.
El resultado fue que doce empresas presentaron propuestas de complejos de molinos por cerca de 50 megavatios de potencia cada uno, en tanto la restante presentó una propuesta por 40 megavatios, con la salvedad de que nueve presentados no contenían problemas, pero los otros cuatro tenían dificultades de localización debido a que la oferta inicial implicaría sobrecarga en las líneas de UTE.
En este contexto de búsqueda de incorporación de energías renovables, fundamentalmente a partir del uso del viento como impulsor, en las últimas horas se supo que se ha suscripto un convenio entre el Instituto Nacional de Colonización (INC) y UTE, con vistas a la explotación de energía eólica en campos de las colonias del instituto, desde que además la iniciativa permite al organismo obtener recursos por la cesión a UTE del espacio físico para la instalación de los molinos, los que serán destinados a inversiones para mejorar el acceso al agua por los productores nucleados en las referidas colonias.
Al evaluar las ventajas que surgen de este acuerdo con el ente energético, el presidente del Instituto Nacional de Colonización, Andrés Berterreche, consideró que se logra una participación del INC en las políticas energéticas del Estado y proveer mejores condiciones para el acceso al agua por las colonias, aunque no se revelaron hasta ahora otros elementos de este acuerdo más allá de lo medular.
A esta definición se llegó tras mediciones realizadas en lugares donde el recurso eólico es significativo, incluyendo colonias de San José, Colonia y Flores, con buenas perspectivas además para Soriano, Rivera, Salto y Tacuarembó, aunque curiosamente no se hace referencia a Paysandú, el departamento más colonizado del país y que a la vez tiene lugares donde en su momento se realizaron mediciones con las perspectivas de instalar parques de aerogeneradores.
Es realmente positivo que se busquen alternativas energéticas en base a inversiones en energías limpias y renovables, desde que toda incorporación de potencia eléctrica es bienvenida además en un país en el que la falta de agua en los embalses sigue dándonos malos trances, como el que estamos atravesando ahora, lo que obliga a UTE a comprar electricidad a precio de oro en los países vecinos o generarla en base a petróleo, a un alto costo.
La energía eólica se presenta a esta altura como el impulsor alternativo de mayor proyección para respaldo a los embalses hidroeléctricos y a las centrales térmicas. Se considera que tiene una potencia posible de unos 2.300 megavatios en nuestro país, teniendo en cuenta los emplazamientos de líneas de UTE y los departamentos donde el viento tiene mayor potencial de aprovechamiento, que son fundamentalmente Maldonado, Rocha, San José, Cerro Largo, Florida y Lavalleja.
El crecimiento de la demanda, sobre todo en los picos de consumo, que ahora son tan significativos en verano como en invierno, obligan a contar con una mayor oferta energética, ante una potencia disponible que ha crecido mucho menos que la demanda. El uso de recursos nacionales y renovables es un imperativo ante factores negativos como los altos costos y la dependencia, por lo que promover energéticos que no sean de origen fósil ni importados responde al interés nacional. Es además un adicional nada despreciable que se puedan volcar los recursos generados por la cesión de predios en las colonias a UTE para la reinversión en instalaciones de agua, que resultan vitales para los emprendimientos productivos.