Rurales | 04 May Asados se han hecho muchos, pero si Walter “Patón” Soria quedó admirado al ver la parrilla entonces fue grande. Grande tal vez sea poco, porque 13 horas de brasas para asar 30 vaquillonas con cuero que se vendieron en pocos minutos no es cosa de todos los días.
Este asado se hizo el pasado martes en las tradicionales criollas de Palmitas, que vendió más de 6.000 entradas --se estima en unas 10.000 personas en el predio-- y donde se disfrutó del 39ª festival internacional de jineteadas en el departamento de Soriano.
Los organizadores la consideraron una de las fiestas con mejor resultado económico de los últimos años y “Patón” Soria quedó admirado y sorprendido por el entorno y como las 30 vaquillonas “volaron” en pocos minutos y desmanteló una enorme parrilla de varios metros. Soria llegó al predio con un grupo de siete personas, incluido a “Naranjo” Soria, basquetbolista profesional y avezado asador que con sus 2 metros de altura no pasa desapercibido.
Allí, junto a asadores de Nueva Helvecia, Soria demostró que los 35 años de experiencia no son en vano y “se mandó un asado bárbaro”, comentaron amigos que fueron a las criollas. Obviamente que el trabajo previo tiene su importancia. Una vez sacado los siete asados de cada animal, hay que adobar la carne y luego dejarla macerar entre 24 a 48 horas. Después, ya en la parrilla, se demora unas cuatro horas para que el asado quede bien sabroso. Lo cierto es que debe haber quedado muy bueno porque ya al mediodía del martes no quedaba nada; hasta los chorizos volaron de la “pequeña” parrilla de siete metros que instalaron los sanduceros.
Jinetes
En tanto que jinetes sanduceros se destacaron en estas reconocidas criollas. En basto Oriental, Jesús Riva fue el mejor, seguido por Ruben González y Fabricio Larrea, ambos de San José, y César Dalmao de Salto. Fabricio Larrea fue el mejor jinete de las criollas, mientras que el sanducero Federico Rodríguez fue segundo en la rueda en Basto Abierto, detrás de Leandro Morro de Argentina.
En tropillas, ganó “La Marca Dos” de Isabel San Martín de Artigas y cuarta fue “Los Pobres Diablos” de Trujillo, de Paysandú.