Locales | 17 May Humberto Sconamiglio Rivero asumió en la víspera como intendente interino de Paysandú, en acto desarrollado en la sala “Ing. José Acquistapace” del Palacio Municipal, con la presencia del secretario general de la Intendencia, Horacio de los Santos, el presidente de la Junta Departamental, Carlos Uslenghi, el jefe de Policía, inspector mayor (r) Roque Arámbula, alcaldes, coordinadores de juntas locales, autoridades civiles y militares, directores generales, directores, coordinadores, secretarios y otros funcionarios municipales. No estaba en sala el alcalde de Quebracho, Mario Bandera, quien en primera instancia iba a asumir.
Sconamiglio permanecerá en el cargo hasta el retorno del titular Bertil Bentos, a quien por resolución 6603/2012 del 2 de mayo, se le otorgó licencia entre el 9 y 25 del presente mes. Con esto queda descartado que la semana que viene retorne Leoni a la titularidad del Ejecutivo departamental. El lugar de Sconamiglio será ocupado por la subdirectora general del Departamento de Descentralización, Marta Nikitchuk. Su cargo, a la vez, permanecerá vacante por estos días. En el acto de la víspera, en que estaban presentes familiares de Sconamiglio, primó la emoción. El secretario general de la Intendencia de Paysandú aseguró que el nuevo intendente interino es “un trabajador más y un hombre que tiene más que merecido estar en este lugar, porque ha sido un político luchador incansable desde hace muchísimos años”. Agregó que “desde que asumimos en esta nueva administración ha demostrado una voluntad férrea y una adhesión al trabajo singular”.
“Sabemos que habrá de cumplir cabalmente con el desempeño” de su tarea, por lo que -dijo De los Santos- “me place hoy darle la bienvenida a Humberto” como intendente interino de Paysandú. Sconamiglio, marcado por la emoción, destacó que “tengo la suerte que Bentos haya confiado en mi persona para que hoy esté ocupando este lugar” y se comprometió a poner todo de si para cumplir a cabalidad el cargo. Asimismo saludó “a todo el pueblo de Paysandú” y se puso “a las órdenes para poder considerar problemas que puedan tener, porque lo más lindo es estar cerca de la gente”.
Recordó sus muchos años en la función pública municipal, en los que “se han podido resolver cosas para la gente” más allá que “muchas quedaron por el camino; a veces sufrimos la impotencia de no poderlas realizar. Pero está en el ánimo de nosotros cumplir entre todos, mis compañeros municipales y yo”.
Finalmente, tras saludar a su familia, a Adeyom, a las autoridades presentes, algunas de las cuales “las considero amigos”, el flamante intendente interino aseguró: “Me va a ir bien; somos evangélicos. Y le han pedido a Dios por mí”. Un sonoro aplauso saludó esas palabras. Luego solo quedó el espacio de los abrazos, de las felicitaciones, de las fotografías con amigos y familiares, de los buenos augurios. Casi, casi, como si se tratara de un intendente electo.