Paysandú, Lunes 28 de Mayo de 2012
Locales | 23 May El FA y la oposición
Seguimos asistiendo a los dislates del gobierno del FA desaprovechando el inmejorable precio y demanda de nuestros commodities (ya con luces amarillas en el horizonte), al alineamiento ideológico “de la Patria Grande”, cuyo fin expreso es llegar al socialismo real, renegando del capitalismo que gran parte de sus ilustrados votantes devota y frenéticamente practican. Permanente cuestionamiento a la prensa, oposición a plebiscitos e interpelaciones de las que en su momento hicieron uso y abuso. Uso abusivo del canal oficial, con cantidad de periodistas hoy repulsivamente obsecuentes con el gobierno y a los cuales los partidos tradicionales siempre les permitieron ocupar espacios. Posiciones de sumisión ante Argentina como la no divulgación de los datos sobre el monitoreo de UPM-Gualeguaychú, con la muy reciente interrupción del tránsito fronterizo en una nueva arremetida contra la papelera, la caída del comercio en un 20% dejando cantidad de empresas y “compañeros” sin trabajo, el ninguneo a la profundización de los canales de navegación que son vitales para nuestros puertos y baja de costos.
Ante esta actitud, Mujica da el apoyo a sus reivindicaciones sobre las Falklands en contra del derecho de autodeterminación de sus habitantes y en contra de nuestros intereses comerciales y de servicios. Apoya la renacionalización o expropiación de YPF sin negociación y con balances aprobados por los propios directores argentinos atados por precios de combustibles descabelladamente subsidiados, generando inseguridad jurídica en todo el Mercosur. Con Brasil que hace su juego y del que también pretende dádivas en vez de hacer valer nuestros derechos. Inexplorando acuerdos bilaterales y multipolares con países de extrazona. Apoyo a Irán y Palestina expresamente desestabilizadores y armamentistas y repudio a Israel, contra la tradición de nuestra política exterior. Seguridad pública, salud y enseñanza en total caos. Ahora fuerzas armadas socialistas. Sin tener ya nada más que achacar a la “Herencia Maldita del Neoliberalismo”, ya que en 2003 había comenzado a revertirse la crisis. Queriendo “socializar y democratizar participativamente todo”, pero con temor visceral a ejercer la ineludible autoridad.
Seguimos atados a las premisas de los 60, por estos iluminados terroristas fracasados, devenidos en gobernantes, con peores vicios que los de aquellos que tanto denostaron.
Los partidos tradicionales por ahora sin la necesaria cohesión para enfrentar este cúmulo de errores. Sin demostrar orgullo por las ideas que siempre defendieron y por lo tanto sin mística. Muchas veces tratando de mimetizarse con las ideas del gobierno para tratar por ese medio de ganar espacios. Los espacios se ganan pregonando las ideas antagónicas a las de “izquierdas” y si así no se ganan, no debemos ser cómplices del inexorable fracaso del modelo socialista y su absurdo clientelismo de masas para poder perpetuarse en el poder.
Sin exhibir el probado fracaso mundial de la ideología de nuestros actuales gobernantes, que día a día profundiza. Argumentos les sobran, el mundo está ahí para demostrarlo, con los cambios en el campo económico de China, Vietnam, Europa Oriental, Rusia, entre otros. ¿Por qué agachar la cabeza y no derrotarlos en el campo del debate?
Sin embanderarse firmemente detrás de posiciones sobre las prepotentes trabas comerciales argentinas y el cumplimiento de la letra del Mercosur, la generación impostergable de energía firme, al puesta en marcha del ferrocarril.
Sin dar combate a la pérdida de competitividad, atados a la tasa de interés alta, que hace que capitales de la región y del resto del mundo migren hacia nuestro mercado, ayudados en buena hora por el grado inversor y en mala hora por nuestra elevada tasa de interés. Este flujo de capitales tira el tipo de cambio cada vez más abajo, haciendo cada vez más inviable nuestra industria exportadora. Pega duramente en nuestro terruño, con sueños quiméricos de autogestión, para que los “compañeros se emborrachen” con sus compras de espejitos. Sin demostrar que una vez absorbidas las pérdidas salariales de la crisis de 2002 y en esta coyuntura, los aumentos de estos no son sustentables, si son mayores que el aumento de la productividad. Que nuestros empresarios no tienen aversión al riesgo cuando las condiciones son normales, pero no con costos del Estado desbordados, por servicios desastrosos y caros, que salen de los bolsillos de los que trabajamos en blanco. Creando empleos improductivos, subsidiando planes sociales eternos, sin contrapartidas o sin costo a los marginales, que no quieren trabajar en un país con casi pleno empleo, según estadísticas oficiales. Contestarle a Mujica sobre su definición, “la clase media macheta”, por planificar el número de hijos, para tratar de darle lo que es imprescindible, comida, salud, valores, educación y no traer sin un mínimo de planificación niños al mundo por la asignación, con muy escasas perspectivas de desarrollo personal, por padres que muchas veces no han tenido un trabajo formal en su vida, ya que ganan más, sin obligaciones, haciendo piruetas en los semáforos o robando. Este asistencialismo gratuito genera el peor y más degradante clientelismo.
Sin la defensa de un cambio profundo de nuestra justicia penal totalmente anticuada y genuflexa. Presos con derechos y ciudadanos desvalidos ante la delincuencia. Cárceles destruidas, una vez sí y otra también, por los propios reclusos, impunemente. Los mismos que luego reclaman condiciones dignas que como siempre tenemos que pagar todos. Menores y mayores desbocados, que han hecho del incumplimiento de las normas su leit motiv, muchas veces bajo la influencia de las drogas, que también nuestros sesudos gobernante oficialistas y parte de la oposición pretenden legalizar. Atragantados de derechos pero no de deberes.
Sin enfrentar con otras ideas la crisis de la salud, hoy con la máxima de igualar para abajo o el cumplimiento de “como te digo una cosa te digo la otra”; ahí está el “Da Vinci” para probarlo.
Sin hacer cumplir el “mentado” pacto educativo, pilar del futuro de nuestro país que son nuestros jóvenes, bien preparados para enfrentar el mundo competitivo. Sin permitir una mejor e independiente educación de las corporaciones sindicales.
Sin preguntar por qué ahora exigen políticas de estado, según su exquisito paladar, a las cuales siempre boicotearon, sumiendo al país en el estancamiento.
Los partidos opositores deben reaccionar y el pueblo tendrá que jugar un importantísimo papel en la elección del líder para enfrentar y triunfar en la contienda con la izquierda. De no ser así, temo que el país no llegará a buen puerto. C.I. 2.837.857-0
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