Hubo cinco muertos

Locales | 27 May El viernes se conmemoró el 25º aniversario del derrumbe del galpón de Azucitrus, en el que resultaron muertos cinco trabajadores de la construcción. En la plaza “25 de Mayo”, en el exterior de la planta de Azucitrus, en Dr. Roldán y Nº 31, se reunieron decenas de trabajadores para conmemorar aquella trágica jornada.
Estaban presentes el presidente del Sindicato Único Nacional de la Construcción y Afines (Sunca), Faustino Rodríguez y, por la Departamental, Miguel Acosta y Carlos González.
“Fue una jornada trágica. Lamentablemente desde entonces la situación sigue siendo parecida, porque seguimos perdiendo compañeros, se siguen muriendo los trabajadores de la construcción, y eso más allá que lo denunciamos de manera permanente, no cambia”, dijo Rodríguez. “Estamos en lucha por una ley de responsabilidad penal para las empresas de la construcción, porque si un trabajador es encontrado en falta es sancionado, pero cuando hay accidentes con muerte de trabajadores no vemos que haya ingenieros o arquitectos que tengan problemas, sino que siguen trabajando como si nada, como si nunca tuvieran responsabilidad”, agregó.
“Hay cinco ejes fundamentales a considerar: sensibilización, formación, fiscalización, mejores normativas y la solidaridad”, subrayó.
La trágica jornada
El lunes 25 de mayo de 1987, alrededor de las 8, se derrumbó el galpón en construcción de la empresa Azucitrus, en Dr. Roldán y Nº 31, donde se planeaba instalar la planta de extracción de juegos de frutas. A su lado, se había comenzado a construir el edificio de empaque de la producción con destino a la exportación.
Ese día hubo intenso frío. A esa hora podía apreciarse aún la helada de la noche anterior, que había alcanzado los 4 grados bajo cero. Esa fue una de las causas indicadas.
El derrumbe ocurrió cuando se estaba retirando el encofrado de la bóveda 12 del techo, que había sido llenado el viernes anterior pero que por el intenso frío no había terminado el proceso de fraguado. La idea era comenzar los trabajos finales en la bóveda 12 y trasladar el encofrado a la 13 y última.
El galpón tenía 65 metros de largo por 30 de ancho, 1.950 metros cuadrados. El derrumbe fue total y destruyó no solamente el techo sino que incluso las vigas de hormigón resultaron quebradas y también se derrumbaron.
En el lugar trabajaban unos 60 operarios, la inmensa mayoría trabajadores de la construcción. De ellos cinco perdieron la vida: Juan Sofildo Pintos; Juan Ramón Bergara; Amado Lirio Aranda, Carlos M. Gerardo; y Walter Amado López. Una docena de trabajadores resultaron heridos y fueron internados en el Hospital Escuela del Litoral y en el Sanatorio Pasteur.
Posteriormente, el galpón fue reconstruido con las mismas características de construcción y hoy se encuentra en actividad.