Locales | 29 May Vecinos del Barrio Mevir Paysandú, ubicado en Enrique Chaplin y Proyectada 52 Sur, volvieron a exponer la crítica situación sanitaria por la que atraviesan desde hace ya seis años, debido al desborde de pozos negros que no son de sagotados con la periodicidad necesaria y que, cuando llega el servicio, solamente desagota la mitad del pozo negro. “Desde el 29 de marzo estamos esperando un servicio que pagamos en la Intendencia, pero pese a los muchos reclamos no logramos que venga. Nos dicen en la Intendencia que no es contra nosotros, pero nuestra situación sanitaria es muy crítica”, dijo una vecina, Silvia Píriz, quien junto a Isabel de la Paz comentaron la situación a EL TELEGRAFO.
Una recorrida por varias casas del complejo de viviendas reveló la crítica situación en que deben vivir esas familias. En muchos casos no es posible utilizar el patio trasero ni siquiera para colgar ropa a secar. En otros se aprecia la formación de aguas estancadas, que pueden transformarse en fáciles reservorios de Aedes Aegypti. “Aquí no vino nunca nadie a ver si hay Aedes Aegypti. Tranquilamente puede aparecer el dengue en nuestro barrio, y creo que todos nos damos cuenta lo que eso puede significar”, dijo otra vecina.
De acuerdo a las vecinas, el servicio de barométrica de la Intendencia de Paysandú brinda un servicio gratuito una vez cada 45 días. Pero “en primer lugar casi nunca cumple con ese plazo y cuando finalmente llega, no hace un desagote igual para todos los vecinos. Lo que hace es que en la manzana que se encuentra desagota todo el pozo de los vecinos que ahí viven. Al resto, solamente se nos desagota la mitad del pozo, con lo que en unos diez días ya está de nuevo repleto”. Además, “pedimos servicios adicionales pagos, que tienen subsidio, pero tampoco vienen”. Y agregaron que “no hay una explicación lógica para que algunos vecinos reciban el servicio completo y otros no. No se entiende”.
En el Mevir Paysandú residen más de 400 personas en 62 viviendas. El desborde de los pozos negros “se vuelve entonces cosa de todos los días. Hay agua, materia fecal e insoportable olor en nuestras viviendas. Todos sufrimos, pero especialmente nuestros hijos. Hay muchos niños enfermos del pecho, con diarrea, y es por esta terrible situación”.
“Sabemos que hay demasiados pozos negros en la ciudad”, dijeron las vecinas, “pero en nuestro caso hemos hecho todos los trámites ante OSE y se nos ha dicho que es imposible poner saneamiento en nuestro barrio. Es raro, pero es así y si no tenemos un servicio confiable de barométrica, entonces nuestra condición sanitaria se resiente y nuestra calidad de vida ni hablar”.
Además, los vertidos de los pozos negros del Mevir Paysandú invaden también casas que no pertenecen al barrio, “lo que, claro, también provoca protestas de esos vecinos”.
“Hemos ido a todos lados en la Intendencia, a Servicios, a la Unidad de Asuntos Vecinales, hemos realizado reuniones pero nada, todo sigue igual o peor. Y cualquier autoridad lo puede comprobar, cuando quiera”, sub rayaron. Incluso mostraron un recibo en que se pidieron catorce servicios pagos de barométrica el 29 de marzo, pero aún no se cumplieron. “Fuimos a hablar con Walter Vergara (Director de Limpieza y Talleres), quien nos firmó el recibo y nos dijo que hiciéramos el reclamo que ‘enseguida’ iban a cumplir con el servicio. Parece que una vez más nos tomaron el pelo. Porque nada ha pasado, ni siquiera con su firma”.