Nacionales | 30 May La desocupación, el abandono escolar y la delincuencia son los principales estigmas de los jóvenes uruguayos, se indicó durante la presentación del libro “Jóvenes en tránsito. Oportunidades y obstáculos en las trayectorias hacia la vida adulta”, publicado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y la Fundación Rumbos. Matías Rodríguez, director del INJU, dijo que la tasa de desempleo se triplica en los jóvenes, y es más dura entre las mujeres del interior y de hogares pobres.
El desempleo juvenil, el abandono escolar y la delincuencia son los principales estigmas de los jóvenes uruguayos, que apenas representan el 15% de la población de Uruguay, país con una alta tasa de envejecimiento, manifestaron autoridades y expertos durante la ceremonia. El auxiliar del UNFPA, Fernando Filgueira, destacó que si bien siempre se dice que “los jóvenes son el futuro”, “también hay que insistir en que hoy son un desafío del presente”.
“Uruguay, tanto por razones de eficiencia económica como por razones de justicia social, tiene que aprovechar este momento” de bonanza económica “con una más plena incorporación de los jóvenes a los circuitos que potencian su capital humano y su capacidad de construir bienestar hacia futuro”, manifestó, según informó Montevideo Portal.
En otro orden, el director del Instituto Nacional de la Juventud (INJU), Matías Rodríguez, expresó que a pesar de la baja tasa de desocupación, este índice en los jóvenes “se triplica” y es especialmente severo con las mujeres del interior del país y de hogares pobres. Actualmente, los jóvenes de entre 15 y 24 años representan alrededor del 15% del total de la población, que desde la crisis financiera de 2002 mantiene constantes tasas de crecimiento. Esto ha llevado al desempleo a niveles del 6%.
“El 64% de los jóvenes de entre 20 y 29 años no culminaron la educación media”, mientras que “el 30% de los adolescentes se desvincula del ciclo básico a nivel de la educación media”, indicó Rodríguez, quien criticó la falta de incentivos a la educación. En este sentido, la publicación del UNFPA y la Fundación Rumbos señala que la tasa de empleo juvenil fue la que más cayó en 2002 y ha sido las que más lentamente se recuperó desde entonces.
Por otra parte, mientras en 2010 el índice de jóvenes de entre 15 y 19 años sin trabajo llegaba al 28,3%, es decir, cuatro veces superior al nivel de desempleo general (7,1%), para las mujeres jóvenes el desempleo llegaba al 36,8%. A estos datos se suman el porcentaje de jóvenes de entre 15 y 29 años que ni estudia ni trabaja, que asciende al 17,8%. De este porcentaje, el 6,3% busca trabajo, el 4,7% ni lo tiene ni lo busca, aunque dice realizar tareas hogareñas. El resto está completamente inactivo.
Por su parte, el asesor del Ministerio de Trabajo, Hugo Bassi, contradijo estos datos al decir que los jóvenes sí tienen interés en mejorar su situación, como lo demuestra el programa de becas “Yo estudio y trabajo”, que ofrece una primera experiencia laboral en organismos públicos. A dicha iniciativa se han presentado 46.000 aspirantes de entre 16 y 20 años. “Lamentablemente no hay un mensaje de buena parte de la sociedad, que a veces decide ver o ubicar a los jóvenes en el peor de los lugares, se les asocia a la peligrosidad, al delito, a la violencia, a las drogas, cuando muchas veces esos fenómenos atraviesan a todas la generaciones”, señaló Rodríguez a EFE.
En cuanto al proyecto para bajar la edad de imputabilidad, Rodríguez dijo que la propuesta es “inútil” y una “trampa”, porque “profundiza la violencia” y “aumenta las posibilidades de que un joven que cometió un delito por primera vez” haga carrera en “la escuela del crimen”.