Opinion | 04 Jun Uno de los problemas de más difícil solución a que se enfrenta la Intendencia de Paysandú, a través de su Departamento de Servicios, es la de-sigual lucha contra los basureros endémicos. Se limpian un día y a los pocos días esos mismos lugares vuelven a llenarse con residuos domiciliarios y de otro tipo.
No hay duda que hay una notoria falta de educación ciudadana en quienes furtivamente arrojan residuos en zonas no autorizadas ni tratadas para ese fin. Ese es sin lugar a duda el principal inconveniente. Hay sectores de la sociedad que abusan no solamente de otros vecinos al contaminar áreas circundantes a donde residen, sino que directamente atentan contra su propia condición de contribuyentes, en la medida que obligan al municipio a reiterar gastos que no serían necesarios si se usaran buenas prácticas en la disposición de los residuos.
Llama la atención que no solamente se arrojan bolsas con residuos domiciliarios, sino que es posible ver artefactos eléctricos y electrónicos en desuso, así como muebles rotos y restos de poda.
La Intendencia provee un servicio de retiro de basura no domiciliaria, precisamente para artefactos en desuso, pero por razones que resultan difíciles de explicar, hay quienes prefieren simplemente arrojarlos en cualquier lugar, sin tomar en cuenta los perjuicios medioambientales y económicos. No obstante, ante una realidad que resulta difícil transformar, que más allá de los esfuerzos en la periódica limpieza de los basurales endémicos estos no desaparecen, quizás sea necesario tomar un par de medidas tendientes a mejorar la situación.
Por un lado, otra (no la primera, sin duda) campaña de concientización. Si todos tenemos buenas prácticas en la disposición de residuos, en el respeto al prójimo, en el tránsito, obviamente la sociedad será mejor.
Pero además, establecer algún programa especial de recolección de aquellos artefactos, ramaje, muebles y otros elementos que no pueden ser recogidos por el recolector. En anteriores administraciones, la Intendencia disponía de un par de jornadas por año para la recolección en camiones de aquello que estaba en desuso, que molestaba a los vecinos en sus hogares o en sus patios traseros. Si buena parte de esa basura de gran tamaño se recoge sistemáticamente --una vez cada seis meses, por ejemplo-- se reducirá el impacto que causa en los basurales endémicos. Y para la Intendencia no implica una gran inversión sino que, por el contrario, puede terminar siendo un ahorro si se toma en cuenta que así se reducirá el impacto de los grandes basurales.