Rurales | 06 Jun Los consultores privados ingenieros agrónomos Julio Preve y Juan Peyrou disertaron y expusieron sus argumentos ante un numeroso auditorio convocado por el Instituto Manuel Oribe en el Radisson, sustentando por qué la bonanza del agro uruguayo llegó a su fin.
Según Peyrou, en estos momentos “lo transable tiene dificultades”. Dicha afirmación se basa en que la economía uruguaya creció en un 35% de 2006 a 2011; no obstante, el rubro agropecuario “cayó en un 1%”. Para el ex director de la Oficina de Planeamiento y Políticas Agropecuarias (Opypa), Peyrou, esta diferencia está reflejada en productos de tecnología, en turismo y en el rubro comercios y servicios.
Basándose en datos de la División de Contralor de Semovientes (Dicose), indicó que “cada hectárea produce menos que antes” debido a las “políticas intervencionistas del Estado” y a un “mayor temor a invertir a largo plazo en materia de agricultura”, sentenció.
Al igual que en Argentina, el cultivo de soja es la “vedette” de la agricultura actualmente y esto se dio bajo el impulso de la llegada de productores argentinos. No obstante, según Peyrou, si bien el crecimiento de este grano “ha sido extraordinario”, el boom del cultivo ha comenzado a mermar de un tiempo a esta parte.
Julio Preve, en tanto, fue más a fondo en argumentar por qué, según él, la bonanza del agro uruguayo ya es historia. Según el también ex director de Opypa, “el problema es no querer ver que el sector no crece”. Dijo que la carne retrocedió en 2006, que la forestación hizo lo propio en 2007 y que la agricultura acompañó esta caída en 2009 y que dichas contracciones tienen un foco común: todas se dieron en “el mejor” momento internacional.
Para Preve, “la política agrícola” que se aplica en el país “es equivocada”, ya que genera “un desdibujamiento del sistema de reglas”, sentenció. Pero esto no queda en la agricultura. Para el agrónomo “hay una nueva forma de entender la tierra”, dado que “se terminaron las sociedades anónimas a causa de la Reforma Tributaria”. Según Preve, en el Uruguay “hay que pedir permiso para todo”. En este sentido puso como ejemplo el área ganadera. Para el analista privado, “murió la libre exportación en pie” y agregó que lo que hay hoy en día es “un paradigma del intervencionismo”, sentenció, en referencia a la liberación de permisos del Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca que, según los productores, es lenta. Pero también enumeró otros hechos: en 2005 “el asado del Pepe” y en 2006 la “influencia nefasta del Instituto Nacional de Carnes (INAC)”, con la que “dejó de ser libre el precio de la carne”.
ARGENTINA
La visión desde la vecina orilla no es muy diferente. En el encuentro también participó el economista argentino Diego Marcos, quien calificó de “gravísima” la actitud del gobierno de su país “en materia comercial”. En su exposición –indica un informe de El País-- dijo que en lo que va de 2012 Argentina “es el país más proteccionista del mundo”. Indicó a su vez, que este proteccionismo que viene aplicando el país vecino “no va a ser gratis” en el mediano plazo.
Según el economista rosarino, de 36 años, y director del Instituto de Estudios Económicos de la Fundación Libertad, las autoridades argentinas “hicieron mucho mal controlando los precios”. Para Marcos, de los 57 sectores que tiene la industria, apenas unos 15 han marcado el récord de producción. Entre ellos se destacan la soja, la industria siderúrgica y los bienes de consumo.
Al igual que en Uruguay, para el argentino la soja “es la estrella del país” y según él, el éxito de este cultivo responde a que “es un mercado no intervenido por el Estado”. Agregó que “es el único mercado que vive libre, sin intervención”, dijo. Para reforzar su afirmación, Marcos mostró el caso del comportamiento del trigo, que hace un par de años “estaba en los seis millones de hectáreas y ahora no llega a los cuatro”. Por último, para el economista las exportaciones venían cayendo, pero se recuperaron en el último año producto de los precios internacionales”.