Locales | 11 Jun Habían pasado siete años de la última vez. Y el rally nacional volvió a Paysandú para la disputa de la tercera fecha del certamen de la actual temporada. Lástima que la tragedia enlutó a la competencia, a tripulaciones y todo el entorno.
El rally, una de las especialidades que más gusta del automovilismo deportivo, había vuelto a Paysandú. Por esas cosas que nadie quiere que ocurran, quedó trunco, por decisión absolutamente respetable.
Antes de eso, la noche previa a la disputa de la primera etapa, los más de 40 autos y tripulaciones participantes estuvieron en el parque cerrado, allí entre los estadios Artigas y 8 de Junio. Mucho público se congregó para observarlos; entendidos y no tanto.
Tuercas de ley y otros que, sin serlo, también gustan de observar este tipo de automóviles. Un comentario aquí, otro allá. El rally había vuelto y allí estaban los protagonistas: los autos y las tripulaciones. Máquinas con muchas horas de trabajo a cargo de los técnicos y mecánicos. Estéticamente bien presentadas también. Después sería la largada simbólica, después los esperaba el camino...