Paysandú, Domingo 17 de Junio de 2012
Opinion | 15 Jun Evidentemente la falta de lluvias en los embalses de las represas está haciendo crujir el sistema de generación de UTE, y por ende trasladando la inquietud a todos los uruguayos respecto a lo que nos puede deparar el invierno en cuanto a carencias en el suministro, de continuar esta situación. En el caso del ente los costos, se han incrementado sustancialmente debido a la generación de base eminentemente térmica y los altos precios que pagamos por la electricidad a nuestros vecinos, donde la solidaridad se expresa en palabras pero no en la transferencia bancaria.
Por lo pronto, de acuerdo a lo que señalan economistas, buena parte del déficit en las cuentas públicas de este año responderá a los sobrecostos de generación de UTE, pero este elemento es ya un convidado de piedra año a año, porque cuando no falta agua en invierno sí se enfrentan carencias en verano, dejando al desnudo una vulnerabilidad manifiesta en disponibilidad de energía eléctrica en los períodos de picos de consumo.
De todas formas las evaluaciones que se hacen en cuanto a nuestro perfil energético no son coincidentes, desde que por ejemplo el presidente del Directorio de UTE, Gonzalo Casaravilla, subrayó que no existe una crisis energética, saliendo al cruce de legisladores de la oposición, aunque sí aclaró que nuestro país está atravesando un escenario muy particular y efectuó un llamado a la población procurando transmitir tranquilidad en el sentido de que el gobierno está utilizando todas las herramientas que tiene a su alcance para paliar la situación.
Es cierto que este es un otoño – invierno atípico para la región, y la misma irregularidad que por un lado seca las represas hidroeléctricas, por otro milagrosamente ha facilitado las cosas a UTE, evitando el colapso del sistema. Es que resulta claro que si hemos tenido energía suficiente es porque el consumo también se ha visto reducido tanto en Uruguay como en buena parte de Argentina –que hoy nos provee de algunos megawatts--, por una inusual ola de calor que al menos le dio un respiro a la calefacción de los hogares. Este es el verdadero milagro uruguayo, el de tener la suerte de que las cosas nunca terminen siendo del todo malas.
Por otra parte, las “herramientas” que menciona Casaravilla no son gratis. Y si el desequilibrio en los números del ente no se refleja hasta ahora en la factura de los usuarios, es porque al Ministerio de Economía le preocupa demasiado lo que pueda pasar con la inflación, que ya disparó las alarmas al superar el 8% anual.
Pero de una manera o de otra, el sobrecosto energético lo tenemos instalado sobre nuestras espaldas, y como siempre, nadie quiere ser señalado como el responsable de la situación, que a fuer de sinceros no se ha iniciado con este gobierno ni con el anterior, sino que es un rosario de desencuentros e improvisaciones a lo largo de décadas en las que no se siguió una política de Estado en materia de inversiones en generación para reducir dependencias.
En las últimas horas el diputado nacionalista Alvaro Delgado, quien preside la Comisión de Energía y ha presentado una serie de propuestas en el área energética, responsabilizó a UTE por la falta de generación en energía firme, es decir con plantas a gasoil o a gas, y señaló que recién ahora hay una licitación para una usina de ciclo combinado.
Para Casaravilla, en cambio, “se está ante un escenario muy particular de sequía histórica, y sin embargo hemos articulado las cosas que se deben articular”, al punto que la empresa estatal adoptó medidas para “optimizar el costo país”, a la vez que “está gestionando un problema complejo, que es administrar la demanda, pero para la tranquilidad de los usuarios eso lo estamos haciendo racionalmente bien y con las herramientas que tenemos a nuestro alcance, las cuales estamos utilizando todas”.
En realidad seguimos corriendo detrás de los problemas desde hace ya muchos años. Hasta ahora la generación en base a energías renovables es muy menor, y se ha trabajado poco y mal en respaldo de generación firme. Y no solo en base a gas o gasoil, que son también caras.
Es decir que por más que el presidente de UTE señale que hay “herramientas” las crisis se suceden, el déficit subsiste, y las respuestas en generación “firme” brillan por su ausencia. Cuando vengan serán igualmente caras, por lo que todo indica que seguiremos penando todavía por bastante tiempo ante un panorama indefinido y sin salida a la vista, más allá de apostar a que llueva.
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