Paysandú, Jueves 21 de Junio de 2012
Opinion | 16 Jun En las últimas horas senadores del sector Alianza Nacional presentaron dos proyectos de ley con el fin de endurecer las penas para la minoridad infractora, a través de modificaciones al Código de la Niñez y la Adolescencia (CNA) agravando las sanciones de algunas penas e imponiendo a los jueces la privación de libertad de los menores infractores cuando de una infracción gravísima se trata o se incurre en reincidencia.
“La reiteración de infracciones sin consecuencias visibles suele comunicar un mensaje que la subcultura de estos jóvenes decodifica de manera inversa a lo que se pretende”, dice la exposición de motivos del proyecto.
La iniciativa también establece que los deberes inherentes a la patria potestad incluyen aquellos que el juez imponga a los padres del adolescente cuando dispone medidas a su cargo, en tanto contempla que el incumplimiento traerá como consecuencias una sanción penal a los padres.
El texto por iniciativa de la oposición incorpora además al Código de la Niñez y la Adolescencia el establecimiento de penas mínimas y máximas para las sanciones a la infracción penal en relación de equivalencia con las penas dispuestas en la legislación actual para los delitos cometidos por adultos, de forma de incorporar elementos que tienden a endurecer las normas tan contemplativas que contiene el código y que han dado un resultado exactamente contrario al que se pretendía por los redactores de la iniciativa original.
Es que más allá de que la propuesta de los legisladores nacionalistas sea un aporte perfectible y motivo de discusión por el sistema político para llegar a acuerdos, es evidente que por lo menos apunta a sacudir la inacción que se percibe en algunos sectores del gobierno respecto a esta problemática.
Debemos tener presente que la ciudadanía se ve sacudida por actos delictivos, muchas veces de crímenes protagonizados por menores que hasta ahora han recibido y asumido el mensaje de que la ley les otorga prácticamente la impunidad absoluta, con todo tipo de atenuantes en lugar de ser llamados a responsabilidad.
Por lo tanto, está bien dejar de lado los paños tibios para contener a los infractores en lugares adecuados y llegado el caso de ser pasibles de penas ejemplarizantes, como se hace en muchos países, sin por eso dejar de trabajar en la rehabilitación en ámbitos adecuados y con profesionales especializados.
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