En la escuela 68 de Santa Blanca

Locales | 16 Jun En su primer acto como ministro de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, el arquitecto Francisco Beltrame --que asumió el jueves de tarde-- participó ayer en la inauguración de la remodelada Escuela 68 de Santa Blanca, hecha con participación de Mevir en gestión realizada durante su presidencia.
Beltrame destacó a EL TELEGRAFO que como ministro seguirá conociendo “las realidades de la gente”, que “queda mucho por hacer” y que trabajará para impedir el “burocratismo” del Estado. “Cuando asumimos el cargo fue para seguir desarrollando la tarea desde el gobierno de darle respuestas a las necesidades de la gente. La forma de dar respuesta es conociendo las realidades de la gente, y esta posibilidad de estar en contacto directo con la población es un baño de realidad”. Dijo que esto muestra “lo que está hecho y lo mucho que queda por hacer, y el compromiso es que cada vez quede menos por hacer y más cosas hechas”. El novel secretario de Estado se refirió a la inauguración del prácticamente nuevo local escolar como “una apuesta al país productivo, porque debe haber gente arraigada donde se produce y tener los mismos derechos que los demás ciudadanos”, refiriéndose además de la escuela pública a la electrificación rural y hasta Internet y el Plan Ceibal.
“burocratismo”
Beltrame, quien ha comentado en más de una oportunidad a EL TELEGRAFO sobre la lentitud del Estado para algunos trámites y acciones, respondió sobre qué piensa hacer ahora que es ministro de Estado. Al respecto, afirmó que “todo tiene que tener un orden, una forma de hacerse y estar dispuesto a los controles necesarios porque eso hace también a la transparencia de la gestión. Lo que nos indigna es que un expediente quede archivado en un escritorio y que pasen 30 días y que nadie lo haya visto, que nadie diga a esto le falta algo o está bien. Lo que vamos a hacer es tratar de ajustar los plazos y comprometernos para que las cosas tengan su tiempo”.
Comentó el caso de las cooperativas de vivienda, que “hace diez años podía estar esperando ocho o diez años su préstamo. Hoy hay un sistema que dice que si tiene todo bien hecho en tiempo y forma, en un máximo de dos años esa cooperativa termina escriturando”.
“Eso es lo que tenemos que buscar, anticiparnos a los problemas y no esperar que los problemas nos lleguen por una repetida reivindicación de algo que no se está cumpliendo, sino anteponernos con una actitud proactiva para ir por delante o conjuntamente con los problemas, pero no detrás”.
continuidad de mevir
La continuidad del trabajo de Mevir no está en duda, no solamente porque su ex presidente ahora es ministro, sino porque “hay trabajo en común y un equipo consolidado, por lo tanto esto es un dato pasajero y el tema no es de nombres, solamente es alguien que aparece”.
Dijo que “Mevir tiene por delante distintos retos. Viene desarrollando algunos programas piloto por encomienda del Ministerio de Vivienda de sistemas de construcción diferente a los tradicionales. Hay una transformación, una reestructura planteada dentro de Mevir de forma tal de poder responder con mayor amplitud a lo que venía haciendo”. Recordó que la institución “estaba limitada y tenía un techo de cantidad de equipos a atender, y en esta reestructura pensamos que se podrá atender mayor cantidad de programas, lo que es una mayor cantidad de ciudadanos”.
Reclamar que se pague
En cuanto al retorno del dinero invertido por Mevir, que fue uno de los aspectos en que Beltrame trabajó particularmente durante su administración, el nuevo ministro señaló que “se está trabajando bien, y tenemos que seguir insistiendo que esto no es algo que se arregla de una vez para siempre, es un tema que requiere esfuerzo constante. Por suerte esto que venimos haciendo en Mevir también se ha hecho en otros ámbitos del sistema público de viviendas, y en estos días se ha resuelto un conflicto de larga data con el llamado ‘fideicomiso 1’ que involucra un montón de cooperativas de vivienda”.
“Y esos recursos están volviendo a las arcas del Estado para que se pueda seguir utilizando el mismo dinero y no estar todos los años pidiendo recursos que caen en un saco roto. Hay una parte de esto que por las políticas de subsidio se van y se sabe que no volverán, pero no vuelven en materia económica pero sí en calidad de vida de la gente, en permanencia, en seguridad”.
Reiteró el concepto que mantiene desde que asumió en 2005, en cuanto “la partecita que se comprometen a pagar, nos comprometemos a reclamar que se pague”.