Opinion | 17 Jun A partir de una ley del año 2005, las inicitivas culturales tienen una nueva fuente de financiamiento que les permite desarrollarse y llegar a nuevos y más amplios públicos. Se trata de los Fondos de Incentivo Cultural, regidos por la Ley Nº 17.930 de 2005 (artículos 235 al 250 inclusive) y que en este 2012 recogió el interés de 165 proyectos de áreas como las artes visuales, danza, letras, audiovisual, música, museos, teatros y varios proyectos multidisciplinarios.
Estos fondos se integran con los aportes de las personas físicas y empresas y personas físicas contribuyentes al IRAE y al Impuesto al Patrimonio, que a cambio reciben beneficios fiscales de acuerdo con la modalidad de apoyo utilizada.
El objetivo principal de los Fondos de Incentivo Cultural es desarrollar la interacción y la cooperación entre el sector artístico cultural (artistas, instituciones y gestores culturales) y el sector contribuyente dispuesto a aportar recursos económicos a fin de generar inclusión, sentido de pertenencia y responsabilidad social empresarial frente a sus respectivas comunidades.
Los proyectos deben ser presentados al Consejo Nacional de Evaluación y Fomento de Proyectos Artístico Culturales, el cual, mediante un tribunal idóneo en cada área, determina la inclusión en el Registro de Proyectos de Fomento Artístico Cultural, que los habilita para que las empresas que los apoyen reciban el beneficio fiscal correspondiente, que asciende al 61% o 72% de lo aportado.
En Montevideo, acaba de realizarse el lanzamiento de la Primera Feria Nacional de Proyectos de los Fondos de Incentivo Cultural, integrada por fotografías, afiches, audiovisuales, impresos, volúmenes, vestuarios y escenografías de muchas de las propuestas artísticas premiadas, que recibirán estímulos económicos de las empresas contribuyentes. Bueno sería que este tipo de actividad de difusión y promoción de los Fondos de Incentivo Cultural también se realizara en el interior del país, de forma que las empresas allí radicadas puedan tomar conciencia de las nuevas posibilidades de apoyo a la cultura con exoneraciones de impuestos y los colectivos o emprendedores artísticos y culturales, puedan conocer de primera mano la nueva posibilidad de financiamiento. Aunque este es un país pequeño no siempre la información circula adecuadamente y sería una lástima que desde tierra adentro no se aprovechen este tipo de mecanismos existentes.