Locales | 22 Jun “Hola, Fulano, mirá, soy Jorge Ziminov, ¿Cómo estás? Mirá, estamos en el tema este de los manipuladores de alimentos y necesitamos dinero para unos timbres. Para no complicarte y para que no tengas problemas te pido me envíes rápidamente el dinero”.
Palabras más, palabras menos, ese fue el comienzo del discurso que varios comerciantes recibieron en forma telefónica en la mañana de ayer. Eran estafadores que usaban la modalidad telefónica y se hacían pasar por Jorge Ziminov, director de Higiene de la Intendencia de Paysandú.
Por teléfono la voz masculina explica que es urgente el envío de dinero para evitar problemas. Las llamadas fueron realizadas a carnicerías y restaurantes, precisamente donde el personal tiene que contar con un certificado de manipulador de alimentos. Finalmente se pedían 6.000 y 6.500 pesos que debían ser depositados en una cuenta Abitab, a una persona de sexo femenino a la que se identificó con nombre y número de documento de identidad.
La Intendencia de Paysandú emitió en la tarde de ayer un comunicado en el que advirtió a empresas y comercios sanduceros de “la falsedad” de llamadas telefónicas “donde se solicita a comercios determinada suma de dinero para efectuar trámites tales como timbres, carné de manipulación de alimentos, entre otros”.
Ziminov, al ser consultado por EL TELEGRAFO dijo que “la maniobra es bastante burda, pero creo que lo peor fue que se hicieron pasar por mí; precisamente a los comercios que llamaron me conocen muy bien y rápidamente quedó al descubierto el intento de estafa”.
La denuncia fue realizada en la Dirección de Investigaciones por la Intendencia así como por los comercios que sufrieron el intento de estafa.
A fines de 2010 y en abril de 2011, se intentaron estafas telefónicas, que investigaciones posteriores determinaron fueron realizadas desde el interior del Comcar. Las llamadas en esos casos se hacían a nombre de un inspector de la Dirección de Higiene que intimaba a empresarios a pagar un soborno o arriesgarse a una clausura. Se pedía un giro por Abitab por entre 4.600 y 5.000 pesos, más una recarga electrónica de un teléfono celular, que en algunos casos sumó otros 600 pesos a la operación. Algunos comerciantes fueron víctimas de dolo en esas dos oportunidades.