Opinion | 17 Jun Joseph Blatter, Presidente de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), llegó a nuestro país y visitó Nueva Helvecia en el marco de los festejos de los 150 años de esa ciudad, en la que habló sobre la posibilidad de que Uruguay y Argentina puedan organizar el Mundial 2030.
Dice la información que “Blatter hizo un guiño en el Cine Helvético, donde se realizó un acto en honor a su visita, a ese sueño de Uruguay. ‘Ustedes organizaron el primer Mundial. ¿Por qué Uruguay no puede organizar la Copa Mundial de 2030?’”, dijo tras destacar el fútbol de nuestro país, que está en el segundo puesto en el ranking de la FIFA, obtuvo el cuarto puesto en el Mundial y el título de la Copa América 2011. Eso sí, también aclaró: “todavía no hemos abierto el tema”.
Los dirigentes de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) aprovecharon la presencia del máximo jerarca de la FIFA para dialogar respecto a la organización del Sudamericano Sub 20 que se desarrollará en Uruguay en 2015, así como también sobre el Mundial de 2030 que nuestro país pretende organizar en conjunto con Argentina.
Este hecho puntual y de estricta actualidad nos lleva a plantearnos interrogantes concretas en muchos aspectos de la actividad sanducera.
Debemos preguntarnos, efectivamente, por qué no tiene Paysandú una participación activa tanto en los preparativos para el Torneo Sudamericano Sub 20 como en la campaña para lograr la realización del Campeonato Mundial de 2030, cuando se celebren los cien años del primero de estos torneos disputado, precisamente, en Montevideo. La presencia de actores sanduceros en las gestiones podría determinar luego que se lograra que parte de la actividad de esos torneos se llevara a cabo en nuestra zona.
Por otra parte, en estos momentos sesiona en San Petersburgo, Rusia, el Comité del Patrimonio de la Humanidad analizando las distintas propuestas que se han presentado aspirando recibir la trascendente nominación y aquí nada se ha hecho para preparar la presentación de dos sitios enclavados en territorio sanducero que cumplen con los exigentes requisitos de la Unesco.
Estamos hablando de la zona donde el General Artigas estableció la Villa de la Purificación y los Montes del Queguay, a punto de ingresar al Sistema Nacional de Áreas Protegidas, que también pueden recibir la denominación de Patrimonio de la Humanidad.
Hay muchas otras necesidades, como la imperiosa atención y consecuente difusión que se debe darle a la rica historia sanducera en todos sus aspectos, tanto político y militar como artístico, literario, industrial, artesanal y, en definitiva, humano.
Por supuesto que no podemos olvidar requerimientos fundamentales como el lograr que Purificación vuelva a ser de todos los orientales, que nuestro puerto recupere la importancia que tuviera en otras épocas y, obviamente, que el Teatro Florencio Sánchez vuelva a tener el esplendor que lo caracterizara.
Si bien en estos últimos puntos hay comisiones que trabajan a favor de esos proyectos, resulta a todas luces evidente que es necesario integrar organismos que impulsen iniciativas de trascendencia en campos tan distintos pero tan unidos como la ciencia, las artes y los oficios.
En consecuencia, aunque en su momento planteamos la necesidad de crear un Instituto Histórico Sanducero, acaso deberíamos ser más ambiciosos y crear una academia, algo similar a lo existente en muchas regiones de Brasil y Argentina, por ejemplo, integrada voluntariamente por todos aquellos que se destacan en los distintos campos de las artes, las ciencias y los oficios y cuyos fines serán promover y difundir todos estos aspectos de la actividad humana.
Por otro lado, debería considerarse por parte del Gobierno Departamental si no debiera instituirse una dependencia que se encargue de actuar en representación del mismo en las gestiones que podríamos llamar “intermedias”.
Está muy claro que en muchos casos el propio Intendente Departamental debe actuar personalmente en trámites que hasta pueden ser catalogados como rutinarios y es por demás evidente que si hay algo que le falta al Intendente es tiempo, por lo que debería poder disponer de apoyo institucional en los casos en que la situación no requiere necesariamente la presencia directa de la máxima autoridad departamental.