Paysandú, Domingo 24 de Junio de 2012
Locales | 24 Jun “¿Qué nos está
pasando?”: ¿¡Qué dijo!?
La verdad, no me dieron ganas de escuchar al Presidente en su discurso que, según me parece no tuvo nada que ver con el Natalicio de Artigas, fecha que se conmemoraba. Yo tenía cosas más positivas y productivas para hacer en mi casa. Pero al otro día, leyendo los diarios, veo que el presidente se pregunta (¡recién ahora!) “¿Qué nos está pasando?” ¿¡Es un chiste!? La verdad es que me picó el bichito de la curiosidad por lo que había dicho y me puse a leer un poco más. Dijo que el Estado no puede ingresar en las mentes y corazones de los ciudadanos... La verdad nunca se me ocurrió que el Estado entre en mi mente ni en mi corazón, da risa esto. Lo que sí tiene que hacer es proteger mi vida, mi integridad física y la de todos los habitantes del país, aquellos que lo votaron y los que no lo votamos.
Este señor plantea reflexionar 30 días sobre la vida (le aclaro que la gente honesta no reflexiona sobre la vida, sino que trata de ver cómo sobrevivir a aquellos a los que la vida les importa un bledo). Y esto no es por 30 días sino que ya lleva años...
¿Es que el señor Presidente vive en una nube? Es posible, sí, incluso creo que en la nube de al lado vive Bonomi.
Además dijo que “parecería que en este tiempo tan especial, donde estamos un poco más ricos, estamos llenos de ‘chiches’ nuevos, de buenas comunicaciones, de autitos y motitos, tal vez por tanta abundancia en lo cotidiano y material, terminamos olvidando que el valor central es la defensa de la vida”. ¡Increíble! ¡No puede ser real! Sepa señor Presidente que no tiene nada de malo ambicionar sanamente alcanzar un mejor nivel de vida para nuestras familias, y esto no tiene absolutamente nada que ver con perder el respeto por la vida.
Soy una persona común y corriente, no tengo conocimientos de psicología, ni soy analista; soy una simple empleada desde hace casi 30 años, pero creo que tengo algo que usted no tiene: sentido común y respeto por la vida de los demás. En mis años de trabajo he logrado ganarme “chiches” que, sin perder de vista que no es lo más importante, sí lo es el hecho de haberlos ganado con el fruto de mi trabajo y me pertenecen sólo a mí. Y esto nunca me hizo olvidar el valor de la vida. ¡Es más, no le encuentro relación a una cosa con la otra! No sé a quienes estará mirando usted cuando dice eso, pero le puedo asegurar que la gente honesta no se siente incluida en su concepto.
Sigue su discurso diciendo que “tal vez estamos pagando el precio de alguna vieja fractura en nuestra sociedad”. Ahí si estoy de acuerdo con usted, porque en tiempos de Tabaré Vázquez se les ocurrió liberar presos, y de ahí en más, la inseguridad ciudadana y la violencia creció en forma exponencial. O sea, que la fractura no es tan vieja, pero sí lo suficiente como para haber consolidado mal debido a la impunidad de la que gozan los ladrones y asesinos.
Aparentemente van a tomar algunas medidas contra la inseguridad (que la verdad no creo que sean suficientes, lamentablemente ya es tarde para medidas blandas) pero además dice que “tenemos que preguntarnos qué nos está pasando, por qué tanta violencia, tanta dificultad para aprender a convivir”. Y no quiso explayarse sobre las medidas, supongo yo que es simplemente porque no las conoce y, seguramente, las improvisará como la mayoría de las cosas que hace. Sinceramente, es de no creer que estas palabras sean dichas por el presidente de un país, por más acostumbrados, o mejor dicho, “malacostumbrados” que estén algunos (no me incluyo) a escuchar barbaridades dichas en forma tan vulgar.
Como frutilla de la torta, leo que el Estado venderá marihuana e internará adictos a la pasta base. ¡Gracias a Dios tengo a mis hijos bastante bien educados como para que sepan que la marihuana es una droga (por más que la hagan parecer como inofensiva) y como tal, siempre hace mal! Y a los adictos a la pasta base (que en su mayoría son los asesinos, ladrones, etcétera) ¿dónde los van a internar? ¿Les vamos a tener que pagar la “rehabilitación”, el desayuno, el almuerzo, la merienda y la cena? Aquí hay que señalar la contradicción entre la legalización (léase estímulo) a fumar marihuana, frente a la prohibición y bienvenido desestímulo a fumar cigarrillos de tabaco, ya que cualquiera de los dos hábitos son nocivos y van en contra de una salud preventiva.
Creo que voy a dejar de escribir por acá, porque ya mi cuerpo empieza a tener mutaciones (los pelos de punta, la piel roja de rabia, el corazón indignado, el estómago revuelto y el cerebro que explota por la impotencia).
Por último, pido al gobierno que no nos tomen más el pelo (lo digo así para que todos entiendan) y hago un llamado a la oposición a ponerse firme. Quiero escuchar palabras serias, quiero propuestas beneficiosas para la gente de trabajo (desde el más simple hasta el más complejo, todos los trabajos son hechos por personas y todos son necesarios para que la cadena no se trabe). Hay experiencias en el exterior que han dado resultado, hay que estudiarlas, adecuarlas y aplicarlas. Y en estos tiempos, sin necesidad de gastar el dinero del pueblo en viajes. Tal vez esta carta suene irrespetuosa hacia las investiduras públicas, pero está hecha con el mismo irrespeto que tienen hacia mí como ciudadana.María
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RECIBIMOS Y PUBLICAMOS
Recordatorio
Tuve la oportunidad de ver en Polonia el recordatorio de la barbarie nazi. La verdad es que las cámaras de gas tienen un parecido a las cárceles del pueblo de los tupamaros. Al observarlas vi dónde se inspiraron para hacerlas. ¿Cuando haremos una réplica de las tatuceras y las cárceles del pueblo en Montevideo? Allí, en la rambla, donde está el recordatorio del holocausto judío, hay mucho lugar para realizarlas. Un pozo profundo de 2 metros por 2 metros, un caño de respiración y una tapa como un aljibe (la cárcel); con la tierra que se saque se hace una montaña con una entrada única (la tatucera). Hay fotos en los diarios de la época para inspirarse.
Para que las futuras generaciones, cuando pregunten sobre las cárceles del pueblo y las tatuceras puedan ver en vivo las barbaries tupamaras y que nunca más se repitan en el Uruguay. Saludo Atte. Nestor Rebella
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Mi nombre es Juan Prychodko, soy ciudadano uruguayo y desde hace muchos años empleado de la salud. Me he desempeñado toda la vida en la tarea de lograr el alivio de la gente que sufre y para ello he puesto todos mis conocimientos. Hace un mes que me encontré frente a frente con el momento más difícil de mi vida. Esa jornada de trabajo del día 18 finalizaba en el despunte del día 19. Al salir del Hospital, mi moto estaba averiada y decidí llevarla arrastrándola a mi lado. A pocas cuadras me sorprendió un dolor profundo en el pecho y mucho calor. Me sentí descompuesto, asustado, muy mal, casi no podía andar. Al llegar frente a la Seccional Primera le pedí a dos guardias que me acercaran a mi domicilio. Inmediatamente cargaron la moto en una camioneta y me llevaron a mi casa.
Allí me sentí peor, desesperado, no podía respirar, a lo que mi esposa decidió llamar al médico. Llegó el Dr. Acuña en un móvil de emergencia. Inmediatamente me realizaron un electro y me manifestaron que estaba haciendo un infarto. Sin pérdida de tiempo y con una presión arterial de 20 me llevaron al hospital, donde ya aguardaban la Dra. Mónica de Benedetti y la Dra. Rosa López. Me derivan al CTI. Yo sentía que la vida se me iba. A mi familia le habían manifestado que el caso era sumamente grave. Pasaron las horas y superé la dolencia. Cuento todo esto porque debía pasar por esos momentos para comprender muchas cosas: la brevedad de la vida, el amor de mi familia, la dedicación de los médicos, la cantidad de amigos que tengo y que me enriquecen la vida, el interés de tanta gente, compañeros de trabajo-vecinos-amigos que nunca nos dejaron solos, el interés en que saliera de este paso del Dr. Santoro.
Siento que jamás terminaré de agradecer esa demostración de cariño de la gente que me rodeó, ya sea mis queridos compañeros de tareas, mi familia, vecinos, amigos. Me he sentido lleno de gratitud y muy emocionado. Por eso he escrito esta carta, para manifestar que estoy en perfecta recuperación, que todos puedan recibir mi manifestación de gratitud y que nunca lo olvidaré. Muchas gracias. Juan Prychodko
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Paysandú ciudad
Siendo yo director de Turismo durante el primer gobierno departamental del Dr. Jorge Larrañaga, mantuve una interesante entrevista con el por entonces director de Deportes de Diario EL TELEGRAFO, Sr. Julio César Damico, quien en esa oportunidad me manifestó que todos los 8 de junio se cumple un nuevo aniversario de Paysandú ciudad y que él entendía que esa fecha teníamos que festejarla de la manera más amplia y popular.
Luego agregó que él había pensado que la intendencia tendría que organizar una maratón pedestre, con deportistas de diversos lugares, quienes recorrieran calles de nuestra ciudad como genuina expresión de reconocimiento a tan importante aniversario.
Le expresé que esa idea la consideraba importante, que pensaría en la posibilidad de su realización y que a la brevedad me comunicaría con él. Creo que a los 3 o 4 días y en el propio Diario, procedí a darle mi respuesta al respecto.
En esa oportunidad le dije que su idea, además de considerarla importante, era una hermosa manera de que el pueblo de Paysandú viviera la historia de su pasado y por qué no, de su presente. Se me ocurrió que, si así lo disponía el Sr. Intendente, tendríamos que denominarla “Los festejos de Paysandú Ciudad”, como al final aconteció. Le di a conocer las actividades que además de la sugerida por él, yo entendía teníamos que llevar a cabo para darle mayor jerarquía, pero que no obstante ello, tenía la obligación de manifestárselo al Sr. Intendente Larrañaga para que este en definitiva lo aprobara.
El Dr. Larrañaga consideró muy importante esta actividad social y con la capacidad que le es característica agregó que tendríamos que hacer desfilar la mayor cantidad de aparcerías, por cuanto no debemos olvidar que los caballos son el verdadero nacimiento de nuestra patria y que aún hoy lo reconocemos y valoramos. Así nació, por la idea y sugerencia del Sr. julio César Damico, la Semana de “Paysandú Ciudad”; pero a esto debemos de agregarle que, con mucho orgullo desde hace 47 años, estamos festejando la “Semana de la Cerveza”, que fue idea de un operario de la fábrica de cerveza Norteña, el distinguido funcionario (hoy fallecido) Jorge “Chino” Gavary.
Por eso es que pienso que no podemos olvidarnos de estos destacados ciudadanos que, según mi criterio, deben ser recordados todos los años por el Comité organizador de ambos eventos. Me permito agregar que, Gavary y Damico, fueron los creadores de un verdadero mensaje turístico que ha prestigiado y popularizado a esta Paysandú de todos y que hoy más que nunca debemos reconocer. Edison M. Cruz Ex director de Turismo
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