Opinion | 19 Jun En plenas dificultades por el déficit crónico de generación de UTE, que se agravan naturalmente en los picos de invierno y verano, han surgido en las últimas horas versiones de integrantes del equipo de gobierno que dan una visión de positiva expectativa para el futuro cercano, en base a incorporaciones que permitirían que nuestro país logre un perfil mucho más favorable en pocos años.
El ministro de Industria, Energía y Minería, Ing. Roberto Kreimerman, saliendo al paso a pronósticos poco alentadores por falta de inversiones en generación firme, aseguró que la planta regasificadora estará lista en 2014 y que proveerá de gas tanto al mercado uruguayo como al argentino.
El secretario de Estado dijo que la planta demandará una inversión del orden de los 400 millones de dólares y que permitirá dejar de depender de Argentina y Brasil al “proveer a las plantas eléctricas, a las residencias y al sistema de transporte”, aunque destacó que es necesario que finalicen los estudios técnicos necesarios para su instalación. Asimismo, aseguró que la energía que produzca “complementará la eólica, la biomasa y la hidroeléctrica”.
De acuerdo a las estimaciones del gobierno, la regasificadora producirá unos diez millones de metros cúbicos de gas por día, lo que permitirá atender la demanda creciente de Uruguay, incluso teniendo en cuenta las centrales termoeléctricas actualmente instaladas que consumen dos millones de metros cúbicos por día.
A la vez una parte de la producción se reservará para Argentina, que comprará cierto volumen del combustible.
Es que en su momento Argentina había anunciado que participaría en el emprendimiento, considerado como un elemento fundamental para su viabilidad, pero parece que ahora Uruguay ha decidido cortarse solo ante las demoras de las definiciones en la vecina orilla, y que acaso venderá excedentes al vecino país.
Pero debe tenerse presente que las demoras que han saboteado el emprendimiento conjunto dan la pauta de la imprevisibilidad de aquel mercado, por lo que se debe ser muy cuidadoso a la hora de decidir este tipo de proyectos, que requieren determinadas condiciones de consumo mínimo para ser rentables. Pero igualmente no deja de ser positivo el intento de sacudirnos de encima las dependencias en las ideas y venidas del vecino gobierno, que ya sabemos cómo se las gasta, que aun en la promesa de compra formulada siempre puede dar lugar a sorpresas y frustraciones.
En el mismo contexto, nos encontramos con que el propio Kreimerman, según da cuenta La República, reafirmó que el país llegará a producir unos mil megavatios de energía eólica para el 2015, lo que significará que para esa fecha el 50 por ciento de la matriz energética provendrá de energías renovables.
Las expresiones fueron vertidas en oportunidad de la celebración de las III Jornadas de Energía Eólica, que coincidieron con el Día del Viento, y en esa instancia el secretario de Estado señaló que Uruguay está apostando fuertemente a las energías renovables en un entorno de crisis ambiental, económico-financiera y alimentaria.
Recordó además que hace dos años, cuando se acordó un plan de desarrollo energético entre los cuatro partidos con representación parlamentaria se estableció generar 320 megavatios de energía eólica en este período de gobierno, pero posteriormente el presidente de UTE, Gonzalo Casaravilla, después de varios estudios, anunció que se apostó a superar los mil megavatios.
Hoy se producen 110 megavatios en parques eólicos instalados ya en el país, mientras hay otros confirmados así como proyectos de energía eólica aprobados cuyos contratos se firmarán en los próximos días, que totalizan otros 930 megavatios.
Es decir que según los voceros del gobierno, estamos “medio” mal pero con un buen pronóstico en el futuro inmediato, que nos pondría más o menos a cubierto de los avatares de las sequías como la actual, aunque es indudable que siempre lo ideal es acceder a energías denominadas “firmes” e independizarnos lo más posibles de proveedores tan difíciles e imprevisibles como Argentina.
El tiempo dirá si efectivamente se cumplen estos anuncios que generan una cuota de optimismo en un tema tan delicado como la energía. Será cuestión de esperar a ver qué pasa, entonces.