Locales | 25 Jun La “cachila” Ford T de 1920 que hoy presentamos fue auto en su tiempo de cero kilómetro, luego fue transformado en camioneta con cabina descubierta, algo así como una “convertible”, y ahora pasará a ser una “voiturette”. Se trata del mismo vehículo al que nos referíamos en nota publicada en enero de 1996, en esta misma sección del diario, propiedad por aquél entonces de Victoriano Elbio Sosa Curbelo. Fue entonces cuando se hizo la primera modificación en la carrocería, con la cual pasó a ser camioneta abierta, como para andar “melena al viento”, pintada de blanco.
Ahora llegó a manos de Marcelo Laurenzena, a quien nuestros lectores seguramente recordarán por anteriores trabajos, por ejemplo la “voiturette” que posteriormente donara al Museo de la Tradición. Este hombre es además de un gran artesano, un enamorado de las cachilas, de las cuales ha recuperado y modificado varias en base a fotografías de modelos originales con excelentes resultados. Esta Ford T que hoy nos ocupa será sometida entonces a un repaso general, y en sus manos sufrirá un cambio radical en la carrocería.
“El propósito --expresa Laurenzena-- es convertirla en voiturette, como ya hice alguna. Es un trabajo que llevará su tiempo, por cuanto habrá que cortar chapas, moldearlas, y si bien tengo algunas por allí que vendrán bien, de todas maneras habrá que hacer otras; también algún marco de madera, porque obviamente muchas están muy deterioradas. Así como está es una camioneta y pretendo hacer una voiturette con ajuste a las originales de aquel tiempo”.
Agregó que compró ahora un vehículo que tiene las cubiertas originales para colocar en el rodado 30x35, con llantas de rayos de madera.
Este Ford T tiene su motor original de cuatro cilindros, que sigue respondiendo bien, aunque naturalmente los elementos mecánicos serán repasados para comprobar su estado, aunque lo fundamental de la tarea a iniciar es el cambio de carrocería.