Locales | 23 Jun En el marco del programa Urbal III, “Políticas Locales de Prevención de la Violencia”, se desarrolló el taller denominado “Desarrollo de estrategias prácticas para enfrentar la inseguridad ciudadana a través de programas de Policía Comunitaria”, en la Jefatura de Policía. El mismo pertenece al programa “Policía Comunitaria como estrategia de ciudades seguras” y estuvo a cargo de la psicóloga Anabel Beniscelli y la asistente social Rosario Secco. Se trabajó sobre el modelo de Policía Comunitaria como comunicador y facilitador social, además de cómo construir una ciudad con mayores niveles de seguridad y cómo atender las causas previas del estallido de la situación del delito. Para lograr esto es necesario un entrenamiento en la mirada y en el modo de accionar del cuerpo policial, que pueda orientarse y reconocer los puntos débiles de la sociedad.
A través del programa Urbal III se pretende establecer alianzas con la oficialidad y con las fuerzas policiales para lograr introducir el modelo de Policía Comunitario en Uruguay. Este surgió por la inspiración del Jefe de Policía de Canelones, que hizo suya una propuesta que funciona con éxito en otros países desarrollados y algunos en vía de desarrollo.
El modelo comenzó a pilotearse en Canelones y ha obtenido resultados favorables, por lo que se pretende su implementación en Paysandú.
En diálogo con EL TELEGRAFO, la psicóloga Beniscelli señaló que fue convocada junto con la abogada Susana Carrera por la dirección del proyecto Urbal III para la realización de talleres con la Policía Comunitaria, con actores socioeducativos y actores institucionales. Estas capacitaciones tienen como objetivo generar la articulación entre estos tres actores de la sociedad para que puedan trabajar en conjunto. Además se pretende intervenir en prevención de la violencia y así lograr un mejor clima de convivencia ciudadana.
La aplicación del programa de Policía Comunitaria implica factores sicosociales de riesgo, pues la tarea de esta figura es de gran exposición. “Se desplaza a pie, interactúa con la comunidad, es visible; en ocasiones puede ser vivido por el propio policía como un elemento que lo vulnera, que se expone demasiado, porque de alguna manera la tarea policial ha quedado bajo un manto de sospecha a partir de los quiebres democráticos que ha tenido nuestro país en la historia reciente”, dijo la psicóloga. Agregó que el policía que desarrolle tareas comunitarias debe tener ciertas herramientas para vencer el estigma social, generar condiciones de mayor seguridad en la sociedad y prevenir situaciones delictivas. De esta forma se puede disminuir la inseguridad en la sociedad.
Consultada sobre las 15 medidas de seguridad propuestas por el Estado, la psicóloga señaló que la expectativa de un pacto de ciudadanía en pos de la seguridad, constituyó una grata noticia, pues considera que son medidas claramente fundamentadas y explicadas.
En el próximo taller realizaremos un trabajo específico sobre la acción de la Policía Comunitaria en el marco del plan de seguridad ciudadana. Además este modelo coincide con los objetivos que tiene diseñado este proyecto de convivencia ciudadana con políticas locales para la prevención de la violencia que se viene ejecutando desde hace tres años en Paysandú”.
En tanto, hoy se desarrollará otro taller en el Liceo Nº2 que está dirigido a una diversidad de actores sociales que trabajan vinculados a los problemas de la sociedad. El eje del taller consistirá en estudiar los fenómenos sociales y su repercusión en la sociedad y estará a cargo de la asistente social Rosario Secco, quien explicó que “es un taller dentro del Programa Urbal de colaboración con la Policía Comunitaria y prevención de la violencia”. Agregó que “comenzará con los participantes y las propias experiencias de violencia para luego desarrollar una reflexión que sitúe los problemas desde el sujeto y desde la sociedad, que son dos caras de una misma realidad”.