Paysandú, Domingo 01 de Julio de 2012
Locales | 29 Jun El ministro del Interior, Eduardo Bonomi, estuvo en Paysandú, se reunió con la plana mayor de Jefatura de Policía, visitó la chacra policial, mantuvo una reunión con las autoridades locales del Frente Amplio, brindó una conferencia de prensa y luego una charla en la Casa de la Universidad.
En Jefatura recibió durante casi toda la mañana un pormenorizado informe de varias hojas a cargo del jefe, inspector mayor Roque Arámbula, dando cuenta de todo lo actuado por la dependencia del Ministerio del Interior. Luego visitó la chacra policial, tuvo algunas reuniones personales y luego por más de una hora estuvo en el local del Frente Amplio reunido con la Mesa Política Departamental.
Sobre las 18.20 llegó al Centro Universitario Paysandú (CUP), donde había un centenar de personas esperando para la charla pública sobre seguridad y las 15 medidas propuestas por el gobierno que iba a dar Bonomi a partir de las 18.30. Sin embargo, la agenda iba retrasada y se había prometido una conferencia de prensa a las 18, la que de todas maneras duró 32 minutos y parte de la cual transcribimos.
Eran casi las 19 cuando comenzó la charla en la sala de actos del CUP, donde --como el llamado también incluía tratar el problema del tránsito-- también participó el jefe de Movilidad Urbana de la Intendencia, Jorge Bartaburu.
Policías y Armas de fuego
Consultado sobre si la cantidad de efectivos policiales es insuficiente para los requerimientos de la población, y que también debería apoyar el cuerpo inspectivo municipal para corregir el tránsito, el ministro dijo que “se parte de la base que hay fuerza policial suficiente para llevarla adelante más allá de que van a seguir entrando policías al personal subalterno”, aunque serán solamente para Montevideo. Detalló que pronto ingresarán 290 en Montevideo, y en la Rendición de Cuentas se proponen “300 más para la guardia Republicana y 156 policías más para Montevideo”.
Profundizó en la participación que la Unasev sugiere que tenga la Policía Caminera en el control del tránsito dentro de las ciudades --que es jurisdicción de la Intendencia-- y “es una discusión que todavía está, de romper las barreras y que la Caminera también pueda participar en control en ciudades y la Intendencia controle en la ruta. “Pero eso es un planteo de Unasev, todavía no está acordado”, indicó.
Sobre la tenencia y uso de armas de fuego, Bonomi recordó que hay un proyecto de ley “con tres puntos: el tráfico internacional de armas penalizado con hasta 12 años de prisión, el tráfico y venta ilegal interna de armas también con 12 años de prisión y el uso ilegal de armas con una pena de hasta seis años. Eso ya está presentado, y legisladores de la oposición proponen agregarle que el tener armas teniendo antecedentes es un agravante”.
Consultado por un colega sobre el crimen organizado, Bonomi recordó que la Dirección Nacional del Crimen Organizado e Interpol trabajan en el tema. “No voy a dar demasiados elementos”, dijo. Sin embargo, señaló que “en nuestras cárceles hay presos serbios, mexicanos, colombianos, bolivianos, ucranianos, rumanos y españoles, lo que indica que hay actividad de grupos internacionales en nuestro país”. En cuanto al grado de vulnerabilidad del país, indicó que “se está trabajando muy bien. Hace poco hubo una reu nión con Perú donde se valoró como muy bueno el trabajo que estaba haciendo Uruguay”.
Violencia doméstica
Preguntado sobre violencia doméstica, las medidas que se toman y la capacitación de los funcionarios para este tema, sostuvo que se incluyó entre las 15 medidas anunciadas “un módulo de violencia doméstica en el sistema de seguridad ciudadana para que se puedan hacer denuncias de manera informática y dar más garantías a quien hace la denuncia”. Dijo también que “en noviembre se empezará a trabajar con las pulseras electrónicas como experiencia piloto, y dedicado a la violencia doméstica”. Las pulseras que habrá para instalar en quienes tienen prohibido acercarse, por ejemplo a su pareja, son algo más de un centenar y tienen un control por GPS que será monitoreado por funcionarios del Ministerio del Interior. Agregó que “el uso de las pulseras electrónicas vinculado a la violencia doméstica es para cuando hay una decisión judicial, se tengan más mecanismos para controlar que se cumpla. Porque justamente el que va a incumplir la decisión del juez claramente lo hará con resultados que pueden provocar la muerte, y si lo hace es porque no le importa lo que pueda decir el juez. Y la única forma de poder frenarlo es saber que se está acercando” y que “no va a mejorar el 100 por ciento de los casos, pero será una ayuda”.
Última tecnología
El ministro Bonomi afirmó que la Policía cuenta con equipamiento y tecnología de última generación, mencionando que se tenía “una tecnología para las comunicaciones de la década de 1960. Hasta hace poco tiempo los periodistas podían interferir nuestras comunicaciones, y había canales de televisión que llegaban antes que la Policía al lugar donde se había producido un hecho delictivo. Y eso era por lo vetusto del sistema de comunicaciones. Desde el 6 de enero de este año el sistema de comunicaciones se cambió, es lo más moderno que hay, está encriptado y no pueden entrar los periodistas ni los delincuentes. Eso es tecnología moderna, como el software que se está utilizando desde el 17 de mayo en el 911, como el armamento que se ha comprado”. Aseguró que “el acceso a la tecnología en este momento es mucho más avanzado que lo que había antes”.
También mencionó el caso de los barrios y viviendas donde viven los policías: “Ese es un problema que tenemos planteado, y no es sencillo de arreglar. Pero estamos ambientando todas las cooperativas de vivienda policiales que surjan, damos facilidades, hemos ayudado a conseguir terrenos y en este momento estamos conversando sobre una propuesta de construcción de viviendas rápidas”.
Los mega operativos
Consultado sobre los mega operativos y si al hacerlos en barrios periféricos se puede estigmatizar al pobre, Bonomi lo negó. Dijo que estigmatizar al pobre podría ser “llevarle seguridad solo al rico, y no llevar seguridad a los barrios más humildes”, los cuales calificó como “los más afectados y con más cantidad de robos. Si no se hacen operativos ahí, si no se hace vigilancia permanente estamos perjudicando a los trabajadores que viven en esos barrios, y son la mayoría”.
“Pero si el Ministerio del interior no lleva seguridad a esos barrios, está cometiendo un error, porque gente que anda por esos barrios de la periferia, a la que se identifica con la Policía o con la fuerza política que gobierna, muchas veces pregunta cuándo le van a sacar esos ‘rastrillos’ del barrio, porque son los más perjudicados”.
Por otra parte, dijo que el servicio de Inteligencia de la Policía “opera del mismo modo en los barrios periféricos como en los más pudientes. Y en esos barrios agarra delincuentes de mucho más alto rango y grandes narcotraficantes son agarrados en Carrasco, Malvín o Pocitos. Y los traficantes de menor porte los agarra en los barrios marginales, pero investiga las dos cosas. Y es muy distinto cómo se actúa contra el narco de poco porte y contra el crimen organizado o el narcotráfico internacional. Pero se lo estudia en todos lados, no solo en el barrio más marginado”.
La marihuana
En cuanto a la legalización de la marihuana, Bonomi indicó que “hay que partir de la base que en Uruguay el consumo es legal, y sin esconder la cabeza en un agujero, que una cantidad muy importante de jóvenes, incluso liceales, consumen. Y es legal, lo pueden hacer. Pero para acceder a consumir, tienen que recurrir a delincuentes. Entonces se establece una relación entre una parte importante de nuestra juventud con delincuentes que no lleva a nada bueno”.
A su juicio, por esta razón “eso merece una regulación diferente que la que tenemos ahora, porque por ese camino no vamos bien”. Consultado sobre si entiende que la sociedad uruguaya, integrada en buena parte por adultos mayores, está preparada para legalizar la marihuana, Bonomi respondió: “Me pregunto si nuestra sociedad estaba preparada para legalizar el juego, la prostitución o darle el control de la producción de alcohol al Estado como hizo el batllismo. En su momento debía haber una cantidad de voces que se levantaban en contra y eso creo que tuvo más virtudes que defectos. Incluso marca la diferencia con otros países donde (el juego, la prostitución o el alcohol) todavía siguen estando prohibidos”.
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