Rurales | 03 Jul Ayudados por una mayor inversión en los tambos y por el clima que permitió prepararse de muy buena forma para este invierno, con la misma cantidad de vacas y produciendo más leche, los tamberos de nuestro país se encuentran en un gran dilema: un aumento del 25% en la producción de leche pero que no puede ser absorbido por las industrias.
Pero hay otro detalle. Aún falta para entrar a la primavera, y si ahora el aumento en la productividad de las vacas es un “problema” para las industrias, en la próxima estación puede generarse uno “mayor” para todos los que están inmersos en el sector lechero. Es que indudablemente la mayor producción se está convirtiendo en un boomerang para los tamberos, porque los precios internacionales de los lácteos cayeron, la industria no puede absorber mayor cantidad de leche --antes debe crecer o desarrollar sus planes de crecimiento ya previstos-- y los precios que reciben los productores disminuyen.
El último ejercicio agrícola --junio 2011 a mayo de 2012-- cerraría con un incremento en la producción de leche muy próximo o incluso por encima del 25%. La producción en el año agrícola creció más que en el año calendario.
Para Martín Lindholm, directivo de la Intergremial de Productores de Leche (IPL), “faltó una visión como sector lechero de meditar lo que significa un aumento de 20% o más en la producción y su impacto”.
Lograr ese aumento significó una inversión muy importante a nivel predial, “por más buen tiempo que se tenga no se puede lograr de un día para el otro, pero a nivel industrial no hubo un crecimiento en la capacidad de acopio como hubo en el sector primario”, agregó el productor. El Instituto Nacional de la Leche (Inale) comenzó un relevamiento de la capacidad de acopio instalada que hoy tiene la industria láctea. “El sector lechero falló en no pensar qué significaba un incremento de esta magnitud en la producción”, admitió Lindholm a El País.
El gremialista recordó que, en su momento, la Cámara de la Industria Láctea del Uruguay (CILU) no quiso una ley de Promoción de Inversiones en el sector lechero por temor a las nuevas empresas que se instalen y para que las ya instaladas puedan competir de igual a igual.
Los tamberos sí la querían. Hoy esa crítica pesa, porque “el sector tiene que saber cuál es la política de expansión industrial. Es claro que el sector productor responde a los precios, tanto cuando van para arriba, como cuando van para abajo”, afirmó.
Condiciones
Horacio Leániz, presidente de la Cámara Uruguaya de Productores de Leche, indicó que “hay mucha gente en la producción que está con las barbas en remojo. Da la impresión de que la industria no está en condiciones de recibir los volúmenes que se van a procesar en la primavera en forma confortable como para agregarle valor y tener un comercio confortable como se dio en 2011”.
Por ahora, los datos que tiene la gremial sugieren que las empresas lácteas están vendiendo bien, con Venezuela y Brasil como los principales mercados. Con el panorama complejo para la primavera hay dos perfiles de productores. Uno es el que está en una empresa con certeza. “Esos productores van a esperar una merma de precios no superior al 10%, asociada a un aumento superior al 10% de la cotización del dólar”, dice Leániz. Si los precios de exportación bajan entre 10% y 11%, “no deberían variar mucho los precios al productor”. Hoy la mayoría de los tambos hacen sus presupuestos con una base de U$S 0,34 por litro producido.
PROBLEMA
El gerente de Indulacsa, Horacio Molinari, aseguró que lo más preocupante es que “todas las industrias están llenas de leche”.
“Es un problema realmente porque estamos en pleno invierno y si en invierno las plantas no tienen capacidad de maniobra para correr la leche que vaya de un lado a otro, qué será en la primavera, con las posibilidades de elaboración que tienen las industrias”. Hoy un remitente no tiene oportunidad de irse a otra industria si el precio que está recibiendo no le sirve. La guerra por acaparar remitentes quedó atrás.
Son tres los problemas que tienen las industrias hoy: adecuar los precios a los valores que paga el mundo para poder conseguir mercados (los precios cayeron bastante en el mercado internacional, en algunos casos más de U$S 1.000 la tonelada); poder vender todo lo producido; y qué hacer con el volumen de leche creciente que vienen produciendo los tambos.