Paysandú, Viernes 06 de Julio de 2012
Opinion | 06 Jul La aplanadora oficialista hizo valer una vez más la mayoría que posee en la Cámara de Diputados en la sesión que culminó en la noche del miércoles, y respaldó por 48 votos en 65 legisladores presentes la gestión del presidente José Mujica y del canciller Luis Almagro en la pasada Cumbre del Mercosur en Mendoza, donde se suspendió a Paraguay y se habilitó el ingreso de Venezuela al bloque regional.
La moción de apoyo manifiesta además el “rechazo y condena al quiebre institucional llevado adelante por la Cámara de Senadores de Paraguay”, en tanto el diputado del Partido Colorado Germán Cardoso planteó que el protocolo de adhesión al Mercosur debe ser reconsiderado por el Parlamento uruguayo, ya que el texto perdió vigencia al haberse aceptado la incorporación de Venezuela sin la aprobación de Paraguay.
En esa línea, los diputados del Partido Nacional, el Partido Colorado y el Partido Independiente le reclamaron al vicepresidente Danilo Astori, en su calidad de presidente de la Asamblea General, que le exija al presidente Mujica que respete “los marcos legales vigentes, así como a la totalidad de todos y cada uno de los acuerdos en materia internacional”.
Según una moción presentada por los legisladores opositores, “la justificación del presidente Mujica de que cuestiones políticas más importantes que lo jurídico avalaron la decisión de nuestro país son enormemente graves y terminan con la definición misma del sistema democrático que es la vigencia plena del Estado de Derecho”.
En el plano de los alineamientos políticos en nuestro país, después de una reunión que mantuvo este miércoles con el presidente José Mujica en la Torre Ejecutiva, la presidenta del Frente Amplio, Mónica Xavier, sostuvo que la polémica por el ingreso de Venezuela al Mercosur es tema saldado para la fuerza política, es decir que más allá de la postura que en lo interno tenga cada uno, se ha abroquelado en defensa de lo actuado por el gobierno en la reunión de Mendoza en la que los tres presidentes del Mercosur suspendieron a Paraguay y habilitaron el ingreso de Venezuela al Mercosur.
En este terreno no se ha tenido en cuenta para nada, por supuesto, la posición nada menos que del vicepresidente de la República, Danilo Astori, quien se manifestó abiertamente contrario a la postura adoptada por el presidente José Mujica, como así también lo han manifestado públicamente y más aún en privado los legisladores de su sector, lo que da la pauta de que por encima de dar por cerrada la discusión interna para no dejar traslucir las fisuras, se está muy lejos de la unanimidad, y solo por razones políticas se da por sellado cualquier intento de discrepancia y discusión.
El punto es que una cosa es la política, donde se cuenta con determinados ingredientes, incluyendo intereses y visiones ideológicas, para adoptar decisiones que resultan muchas veces difíciles de explicar, y otra cosa es el derecho, que es precisamente el marco que se dan países y organizaciones para contar con reglas de juego claras a la hora de adoptar decisiones y dirimir los conflictos de intereses.
Y en este contexto debemos evaluar como absolutamente deplorables, por ser benignos con el término, las “explicaciones” que dio en las últimas horas el presidente José Mujica respecto a por qué actuó como lo hizo en la Cumbre del Mercosur, en cuanto a suspender a Paraguay y habilitar automáticamente el ingreso de Venezuela, pese a lo establecido en los estatutos del Mercosur. El mandatario uruguayo sostuvo que para esta decisión primó “lo político por sobre lo jurídico”, marcando un pésimo antecedente por el cual de aquí en más cualquier cosa se puede esperar de este gobierno, por cuanto la norma –y es de entender que no sólo en el caso de compromisos internacionales, sino que con el mismo razonamiento podría aplicarse al sistema jurídico nacional— es letra muerta cuando al partido de gobierno no le sirve.
Estamos por lo tanto ante la voluntad de los presidentes por encima de la letra y el espíritu del Mercosur, porque conviene a determinados intereses –en este caso los de los dos grandes, Argentina y Brasil— y no pasa nada cuando se arrasan los términos del tratado que dio origen al bloque regional, porque como bien ha señalado el diputado nacionalista José Carlos Cardoso, se ha sustituido la institucionalidad del Mercosur por un “club de presidentes” que hacen y deshacen por decisiones “políticas”.
Respecto al respaldo del presidente al canciller Almagro por su accionar durante la cumbre de Mendoza, no caben palabras. No es la oposición la que debiera pedir la renuncia del canciller; con semejantes explicaciones dadas por él mismo y Mujica, si el ministro tuviese algo de honor se debería ir por motu proprio. Pero a esta altura, luego de tantas tristes actuaciones de cancillería desde el gobierno de Tabaré Vázquez hasta la fecha, es posible que el Uruguay ya se esté acostumbrando a semejantes papelones sin que a nadie se le mueva un pelo.
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