Paysandú, Sábado 07 de Julio de 2012
Locales | 05 Jul MINSK, 4. (Por Enrique Julio Sánchez). La función de “Crimen y castigo” del Taller de Teatro de Paysandú desnudó, sin proponérselo, problemas de producción del Teatralny Koufar Festival. Cuando el grupo ingresó a la sala del BSU Lyceum, acompañados del traductor Nikita, se encontraron con dificultades para la función.
Los actores, para comenzar por algún lado, descubrieron que no había camarines, así que debieron quedarse al fondo del escenario, detrás del último telón, donde sí había dos espejos para maquillaje.
Raúl Rodríguez, en tanto, quiso arreglar la planta escénica. Pidió a Nikita algunos cambios de iluminación que necesitaba. Pero su sorpresa descubrió que, de acuerdo al único técnico de iluminación en la sala, no era posible realizar cambio alguno y que solamente se podían usar los arreglos de luces pre instalados. Prácticamente ninguno se adaptaba a la obra, pero Rodríguez no tuvo otro remedio que aceptar las condiciones propuestas. Con eso, la obra de un plumazo perdió toda su planta de iluminación.
Más tarde descubrió que no había tampoco ninguno de los elementos de la escenografía que había pedido desde Uruguay tal cual los organizadores lo habían pedido.
La cama de Raskolnikov no estaba, así que hubo que improvisar. Se unieron cuatro bancos comunes y con ellos quedó hecha la cama. Una mesa de plástico duro fue lo único que se encontró para escritorio de la jueza.
Se le colocó un mantel y así quedó; no había otra posibilidad. Además se necesitaban tres sillas y a duras penas se las consiguió. No eran iguales pero --de nuevo-- era lo que había.
Tampoco se pudo conseguir un operador del seguidor. Simplemente no había un empleado que se pudiera encargar de eso. Apenas si en total había dos técnicos, uno de iluminación y de sonido. También un encargado de sala y una jefa de bomberos cuya única preocupación era que no se encendiera fuego alguno en escenario, ni siquiera tres tristes velas. Finalmente Anton, un amigo de Nikita, se hizo cargo del seguidor.
Durante la función, los dos técnicos conversaban “sus temas” y el de sonido, como obviamente no entendía el idioma, literalmente se tendió sobre su consola y Nikita debía tocarlo cada vez que había un cambio.
Tras la función, el elenco fue casi empujado a la salida. La excusa fue que se había ido demasiado tarde, pero no fue el Taller de Teatro el que puso la hora de comienzo a las 21.
Seguramente la enorme barrera que significa el idioma hizo que los encargados del teatro se aburrieran a tal punto que querían irse rápidamente a casa, o a compartir alguna copa de vodka. Más allá de eso, el Taller de Teatro cumplió en Minsk, y trajo la poderosa obra de Dostoievsky, con su enorme drama humano. Tras la función, como también se perdió la cena, el elenco compartió en una de las habitaciones un poco de fiambre y queso, vodka, cerveza y té helado. Fue la oportunidad para conversar sobre detalles de la función. Y sobre las 2 de la madrugada (20 de Uruguay), la paz reinó en el campamento uruguayo aquí en la capital de Bielorrusia. Apenas si se escuchaban los trenes de carga y pasajeros. Un sonido que no cesa. Que no cesa nunca.ç
VIAJERITAS
* El trolley es un transporte muy utilizado en Minsk, al menos en su centro, desde que aún nada se conoce de los alrededores. Cuesta 1.500 rublos bielorrusos, unos 4 pesos. Pero la característica que sorprendió a los uruguayos es que si el trolley no tiene guarda, se viaja gratis.
* Encontrar un ciber café no es tarea tan simple pero como siempre, todo se encuentra. El escriba se acercó a uno y dijo la palabra mágica y universal “Internet” pero recibió como respuesta “¿Pasaporte?” Pues no lo tenía, había quedado en la residencia. Así que no quedó otra que hacer todo el camino, recoger el pasaporte y volver. Una hora de Internet cuesta unos 5 pesos. Caminatas largas, como para adelgazar.
* La Universidad Estatal de Bielorusia presento “Sin título”, en la misma sala donde luego actuó el Taller de Teatro de Paysandú. Una poderosa obra sobre el Holocausto, a partir de recuerdos de prisioneros que sobrevivieron en el ghetto de Minsk y en campos de concentración creados por los nazis en Europa.
* Aunque obviamente el idioma ruso y bielorruso era una barrera, no impidió comprender el mensaje y seguir la propuesta. El dolor, la muerte, la soledad del sobreviviente. Todo expresado con buena calidad artística. Así y todo, como se expresa al final, no importa cómo se represente el Holocausto, nadie “tendrá el regalo, sea artista, poeta o actor de expresar todo lo que esa gente sufrió durante el Holocausto”.
* Paralelamente al festival, se desarrolla un congreso internacional de teatro. Como el elenco sanducero ya ha actuado, ahora puede disfrutar a pleno de talleres y conferencias. Al mismo tiempo, tambien tendrá horas para recorrer y disfrutar de la ciudad.
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