Opinion | 12 Jul Desde fines de 2010 se viene desarrollando un programa de reciclaje de la yerba mate, instrumentado por el Centro Uruguay Independiente (CUI) en el Palacio Municipal de la Intendencia de Montevideo. El mismo se amplió posteriormente al local central del Ministerio de Educación y Cultura y la Junta Departamental de Montevideo.
En promedio, actualmente se recogen dos toneladas y media de yerba por mes que es utilizada para elaboración de compost y humus de lombriz, destinado al mantenimiento de suelos pobres en materia orgánica, así como la reproducción y venta de plantas.
El denominado Programa de Reutilización de Yerba está enmarcado en una propuesta global de creación de cien puestos de trabajo sustentables para población con discapacidad intelectual o física, problemas de salud mental o en rehabilitación por algún tipo de adicción, quienes fabrican compost para vender y también lo utilizan para abonar plantas que venden en su exclusivo provecho.
Actualmente, los trabajos de recolección y recuperación de yerba mate usada en la Intendencia de Montevideo son realizados por cuatro personas pertenecientes a organizaciones que trabajan en coordinación con la Secretaría de Gestión Social para la Discapacidad de dicha institución. Éstas cumplen tareas durante ocho horas semanales, repartidas en dos días a la semana, contando de modo permanente con dos supervisores, uno del CUI y otro del Equipo Técnico de Educación Ambiental, dependiente del Departamento de Desarrollo Ambiental de la comuna capitalina. La capacitación en materia de circuito limpio, eficiente y seguro de la yerba mate recuperada y la formalización de los operarios del plan es responsabilidad de la asociación civil CUI, en tanto el programa cuenta con la colaboración de los funcionarios municipales que trabajan en esas oficinas y toman mate en ellas.
Los objetivos del programa son sensibilizar y educar sobre el reciclaje de yerba mate usada, generar emprendimientos de carácter productivo, social, laboral, ambiental y cultural generadores de empleo sustentable y brindar herramientas tales como talleres, materiales impresos, espacios en Internet y otros a los efectos de que cada institución, empresa, complejo habitacional, o quienes deseen ponerlo en práctica realice su propio programa de recuperación de yerba usada, de acuerdo a su interés y posibilidad. Se trata pues de una ingeniosa idea que apela ni más ni menos que al hábito de consumo más popular de los uruguayos: tomar mate.