Paysandú, Sábado 14 de Julio de 2012
Locales | 11 Jul Si bien aún no se puede evaluar totalmente el impacto que el clima provocó en la producción citrícola, habida cuenta que aún restan varias semanas para terminar el invierno, al día de hoy la perspectiva es que “de lo que normalmente ocurre en la citricultura, que dos terceras partes de la fruta se exporta como fresca, que es el mejor negocio, este año se invierte esa relación y eso afecta los números de todas las empresas”, resumió a EL TELEGRAFO el principal de Azucitrus S.A., Carlos Fraschini.
Aclaró que “no hay que apurarse, aún quedan algunas semanas, pero todavía sigue estando muy seco y una de las razones de que esta helada fue tan impactante es que hubo un clima extremadamente seco, y que la represa de Salto Grande (que es la cuenca donde se sintió más la helada para la producción) está recibiendo la menor cantidad de agua de su historia. Ello muestra cuando entró un frente polar al no encontrar humedad la temperatura bajó a esos niveles”. Fraschini dijo que el impacto “fue muy similar en Paysandú y en Salto, pero también del lado argentino en Concordia, Chajarí y hasta Corrientes”.
Los números al revés
“Normalmente, de la producción exportamos como fruta fresca las dos terceras partes, entre un 60% y 65% y el resto -particularmente nosotros que trabajamos muy poco con el mercado interno- se industrializa en la fábrica de jugos. Hoy, aunque debemos ser cautos porque estamos en plena época de heladas, la proporción se invirtió: van a ir a las fábricas de jugos las dos terceras partes de la fruta producida y solo un tercio se exportará, por lo que la exportación de fruta fresca (del país) va a caer a la mitad. Esa es una cifra que según estuve hablando con los colegas es general en la zona Norte, porque el Sur estuvo bien, solo alguna helada normal. Pero en el Norte se concentra el 80% de la producción. Esto implica en los grandes números que la exportación de cítricos va a caer a la mitad”.
Por otro lado la crisis europea no hubiera afectado las exportaciones uruguayas. Fraschini explicó que “curiosamente aunque el euro está algo flojo y Europa está pasando un proceso complicado, los mercados para nuestros productos están bien, tanto para naranja como mandarina y limón, que se logran niveles muy aceptables”. De todas maneras, con la merma de calidad de la fruta por el clima, no se puede exportar toda la calidad que se exige por ese mercado. “Se está haciendo un esfuerzo para que la fruta que se cosecha y viene a la planta de empaque se haga con mucho cuidado”.
Los negocios pactados no van a cumplirse, y “estamos avisando a los clientes que tenemos la mitad de la fruta”.
Habrá mucho jugo
En lo que respecta al jugo cítrico, Carlos Fraschini dijo que “es un complemento de la exportación de fruta fresca. Y ahora la facturación de la fábrica de jugos se va a duplicar porque vamos a procesar más volumen. Los productos de la fábrica de jugos se comercializan sin inconvenientes, pero el retorno (la ganancia neta) que deja la industria es mucho menor que la exportación de fruta fresca”.
Si bien usualmente el agregado de valor a un producto también da más margen de ganancia, en el caso del jugo no se da exactamente ya que “se utiliza la fruta que no tiene calidad para venderse como fresca” y que por lo tanto es de menor precio como tal. La industrialización como jugo “agrega valor a una fruta que vale poco porque no es exportable, pero no agrega ganancia”, especificó.
No es alternativa
Para un productor tener que mandar las dos terceras partes de la fruta a la industria no es tan buen negocio. Fraschini indicó que “con los costos que tenemos en este país, cosechar la fruta y traerla a la fábrica de jugos es prácticamente el costo que la industria está pagando, entonces no es una alternativa para el productor, es una forma de no perder, limpiar las quintas, sacar la fruta”.
La fábrica de jugos de Azucitrus recibe fruta de todos los productores, y lo mismo pasa con las fábricas que tienen Caputto en Salto (Nolir S.A.) o Modelo y Milagro en el Sur del país, por lo que seguramente “las fábricas van a trabajar más recibiendo fruta de todo el mundo”. Por lo tanto los productores de todas maneras van a poder colocar sus cosechas, aunque Fraschini comentó que probablemente “los productores van a forzar la venta al mercado interno, por lo que por un par de meses el mercado estará sobreofrecido, aunque el precio no va a variar demasiado. Pero sí puede haber poca fruta -sobre todo mandarinas- de octubre para adelante”.
Se viene el niño
Consultado sobre cómo ve la situación a esta altura del año -aún faltando para la finalización de la zafra- dijo que “apuntábamos a un año equilibrado por el tipo de cambio y la recuperación de volúmenes, nada excepcional pero que daba bien.
Y no necesitábamos para nada estas heladas”, dijo muy gráficamente. La perspectiva climática también fue analizada, y Fraschini dijo que “ahora se habla que para el próximo trimestre va a operar (la corriente) de El Niño (con mucha lluvia) que es al revés de La Niña, que sufrimos ahora con muy baja humedad”.
Señaló que “me han dicho que para ver estas heladas hay que retrotraerse hasta 1967, pero nuestros registros indican que nunca tuvimos temperaturas tan bajas como estas”.
Sobre las tecnologías que se utilizan en otras producciones, como la hortícola, donde con buen riego y acciones técnicamente comprobadas se puede minimizar el efecto de las heladas, dijo que en el caso del citrus “el Ministerio de Ganadería ha hecho énfasis sobre todo en los productores pequeños y medianos para producir fruta de exportación con el riego adecuado, pero es básicamente para controlar los déficit de agua.
El riego también tiene un efecto en la resistencia de la planta a la helada, una planta bien irrigada resiste mejor. Pero en citricultura no se maneja el concepto de riego como en la producción, por ejemplo, del arándano, donde hay sistemas de riego específicamente para controlar la helada. Eso significa poner un volumen importante de agua en la planta, pero en los cítricos demanda demasiada agua que no se dispone”.
Dijo que “el sistema más técnico que se desarrolló en Uruguay contra las heladas fue el SIS, que es un sistema diseñado por el ingeniero Rafael Guarga y esos sistemas funcionan, pero en geografías más onduladas”.
Más de 1.500 trabajadores
Una preocupación particular del empresario es “el impacto que todo esto va a tener en la gente. A nivel de la planta de empaque seguimos trabajando pero ese tercio de fruta que se va para la fábrica de jugos disminuye la cantidad de horas que van a trabajar en la planta de empaque. Estamos en contacto con la gente y también con el gobierno para buscar alguna forma de mitigar la menor cantidad de jornales que van a haber. Hay que buscar formas de que puedan acceder al seguro de paro sin haber completado los 150 jornales y también que el período del seguro de paro pueda agregar un par de meses más para cubrir una post zafra que va a ser larga”.
Mejor en cosecha
En cuanto a los cosechadores, Carlos Fraschini dijo que “estamos más o menos con la cantidad de gente que teníamos previsto, porque la cantidad de fruta que se está cosechando igual hay que aprovecharla y esa gente está trabajando. Probablemente parte de la fruta que se está yendo al suelo alcance un 10 por ciento del total, pero no va a sentirse tanto como en la planta de empaque”. En el caso de las tres empresas que manejan, Azucitrus, El Repecho y Costa de Oro, “a nivel de quintas hablamos de unas mil personas en la cosecha y con las tres trabajamos la fruta en la planta de empaque de Azucitrus, donde hay unas 400 personas más. Y hay que sumar unas 60 personas que trabajan en la fábrica de jugos, aunque ellos no van a tener problemas porque va a haber mucha fruta. Los años en que trabaja bien la fábrica de jugos en realidad no son los de mejores números para las empresas, pero por suerte está”.
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