Rurales | 22 Jul Durante la segunda conferencia global para el combate de la fiebre aftosa que tuvo lugar recientemente en Bangkok, Tailandia, el programa de erradicación y control de la fiebre aftosa de América se tomó como modelo para avanzar en la lucha contra esta enfermedad a nivel mundial y para el cual se aprobó un plan de U$S 800 millones.
La fiebre aftosa causa pérdidas por U$S 5.000 millones anuales en el mundo y hoy más de 100 países la padecen. La Organización Mundial de Sanidad Animal y la FAO estimaron que un plan de control y erradicación a cinco años demandaría U$S 800 millones.
Partiendo de un fondo conformado por las donaciones de varios países, así como por el aporte de organismos internacionales (caso del Banco Mundial), la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO) pretenden controlar y eliminar la fiebre aftosa en 50 países, entre los cuales no está incluido ninguno de los de América.
En el mundo --según la OIE-- existen 100 países afectados y la enfermedad causa pérdidas por U$S 5.000 millones anuales. En la Segunda Conferencia Global para el Control de Fiebre Aftosa, realizada en Bangkok (Tailandia), se lanzó la iniciativa de poner en marcha un programa global en 50 países que demandaría U$S 800 millones.
El presidente saliente de la OIE, el uruguayo Carlos Correa, sostuvo que “América reclamó permanentemente la necesidad de tener planes de control y erradicación globales a nivel mundial”. Ahora se presentaron planes concretos, “con un programa de control progresivo y con la evaluación de los servicios veterinarios de cada país, para poder llegar a distintos niveles que van de cero a cinco, para llegar a status de países libres con o sin vacunación”.
En América existen virus concretos y vacunas específicas contra esos virus, pero en el resto del mundo, “hay un cambio dinámico de los virus que actúan en las distintas regiones y eso dificulta tener vacunas en tiempo y forma, para poder luchar contra la aftosa”, explicó Correa en conferencia de prensa. A través de Francisco Muzio, director de Servicios Ganaderos, América del Sur mostró su experiencia al mundo. “La primera gran diferencia es que en América, desde 1988, hay un Plan Hemisférico de Control y Erradicación que diseñó un área libre y una afectada”, recordó Muzio. Pero la gran herramienta fue el fortalecimiento de los servicios veterinarios y la vacunación estratégica.
“Se demostró que con la vacunación masiva se podía llegar al control y la erradicación. Cuando se llega a altas coberturas de vacunación, la posibilidad de que un animal se enferme no llega a ser un riesgo porque la vacunación global está protegiendo el rodeo. Hay que aplicar desinfecciones y controlar los movimientos de ganado”. La aftosa se erradicó en el 85% del rodeo bovino americano, recordó Muzio.
Para uruguay
El subsecretario de Ganadería, Agricultura y Pesca, Enzo Benech, recordó que la enfermedad “es un tema importante para Uruguay, no solo para sus veterinarios y productores, sino para todo el país. Nos acordamos de lo que pasó cuando tuvimos múltiples focos de aftosa. Se nos complicó a tal grado en toda la economía, que no sabíamos qué iba a pasar”. Para él, hoy la situación es diferente, “podemos mirarla con perspectiva, pero tenemos que acordarnos de los malos ratos que hemos vivido. Creo que hoy estamos mucho mejor porque se trabajó bien, se tomó conciencia del problema”.
Benech insistió en que la aftosa no es un tema del MGAP ni de los veterinarios, es un tema del conjunto. “Seguramente es imposible tener inmunidad en el ganado si la vacuna no se usa o se aplica mal. Yo viví en la época en que en nuestro país no había conciencia y nos fue muy mal”.
El mundo cambió y eso complica la lucha. “Tenemos un mundo cada vez más chico, los países están más conectados entre sí y por lo tanto, debemos tener mayores cuidados. Yo no conozco otra forma de tener cuidado que no sea trabajar y mucho”, destacó el subsecretario del MGAP.
Los 2.020 focos de aftosa que sacudieron a Uruguay en 2001 quedaron bien marcados en la memoria de los uruguayos, con 10.000 obreros de la industria sin trabajo y sin exportar carne; la enfermedad dejó pérdidas por U$S 750 millones.
“Uruguay está hoy en una buena situación, hay conciencia del problema y me parece bueno, pero creo que toda la sociedad debe tener conciencia de lo que significa la aftosa. Si se nos llega a meter de nuevo, la vamos a pasar muy mal. Se nos generará una cadena de dificultades”, dijo Benech, quien agregó: “esa posibilidad está lejos porque se trabajó bien, pero no hay que aflojarle. El objetivo es América libre y hoy hay focos relativamente cercanos”.