Paysandú, Jueves 26 de Julio de 2012
Locales | 22 Jul Estoy en este momento de vacaciones en Montevideo visitando a compañeros y amigos que cultivé en los cinco años que viví en esta ciudad. Lamentablemente como ciudadana me vi afectada con las polémicas que provocó las declaraciones de la Sra. Mercedes Rovira en el Semanario Búsqueda. Y me siento especialmente afectada por ser ex alumna de esa institución que me dio tantas oportunidades. Tal vez mis palabras sirvan para las personas que no tienen relación con esta universidad. Comencé a estudiar profesorado de historia en el año 2005 gracias al esfuerzo de muchas personas relacionadas con la universidad, que hasta hoy no me conocen personalmente, que apostaron por quienes no tienen los medios para financiar una carrera. La señora Mercedes Rovira se juega por la formación integral de las personas que serán docentes y profesionales en educación. Pero no sólo enseña estos valores sino que ella es un vivo ejemplo de lo que predica. En lo personal la Dra. Rovira ni ningún otro funcionario de la Facultad me preguntaron por mi orientación política, religiosa, ideológica o sexual en los cuatro años que cursé la carrera. Lo importante no era eso. Lo importante era la formación como humanistas, la universalidad, la igualdad, la superación, la libertad, el respeto, el trabajo, el esfuerzo y la verdad. Lo importante es ser buena persona, esforzarse a diario en el trabajo, buscar la excelencia aunque no todos lo logremos.
Valores que hoy en día están tan desprestigiados y que sería bueno revisar. Hace una semana no podía creer los dichos de la profesora Rovira, y estoy convencida que se mal interpretaron sus palabras y eso duele mucho. La sociedad uruguaya y la educación se pierden los servicios de una muy buena persona, de una excelente profesional, y de una trabajadora como pocas.
María Gabriela Cardozo Perroux
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En el año 2010 se llevó a cabo una venta de terrenos en Termas de Guaviyú y Termas de Almirón. En su momento la Intendencia promocionó y alentó a los promitentes compradores a invertir en ambos lugares prometiendo obras y mejoras.
Para las Termas de Almirón se dijo que se iban a construir dos hoteles de categoría, uno de ellos está casi pronto y se está por comenzar con la construcción del segundo hotel, tal como se prometió.
Para Termas de Guaviyú se anunció que se iban a concretar obras tales como un hotel 4 estrellas y también un parque temático, entre otras obras, aunque ninguna de las obras mencionadas y prometidas a los inversores se concretó. En esa oportunidad no estaba muy seguro de invertir en Termas de Guaviyú, cosa que finalmente sucedió, aun sabiendo que me arriesgaba a que las autoridades departamentales no cumplieran su palabra de encarar obras en el centro termal más importante del departamento de Paysandú. Lo que no sabía era que su jerarca máximo iba a llevar adelante todas las obras anteriormente prometidas solamente en Termas de Almirón. Supongo --y es lo que demuestran los hechos-- que por ser oriundo de la localidad de Guichón.
Hace aproximadamente un mes se anunció que la Intendencia estaba elaborando un proyecto para la construcción de un hotel cuatro estrellas en Termas de Guaviyú. ¿Esto no se hubiera podido hacer antes? ¿No hubiera sido más justo encarar proyectos conjuntos para ambas termas? ¿Y no dejar pasar todo el tiempo que pasó? ¿O será acaso que las autoridades quieren posicionar más a Almirón que Guaviyú? Quiero dejar en claro que me alegro por las inversiones que se están llevando a cabo en Termas de Almirón.
¿Ahora quién respalda la inversión que ya hice con la compra de un terreno y luego la ya terminada obra que construí para alquilar? Si no es el intendente que encara las obras o abre las puertas para los inversionistas, ¿entonces quién lo va hacer? ¿No es acaso Termas de Guaviyú un diamante en bruto? ¿Por qué luego de dos años ni siquiera está pronto el proyecto para el hotel? ¿A qué se debe esto? ¿Será tan difícil cambiarle la cara al centro termal de Guaviyú?
¿Estaba tan equivocado el anterior director de Turismo? No, no lo estaba. Había un proyecto serio y muy bien elaborado. Recién ahora se habla de limpiar y ensanchar el arroyo Guaviyú por las inundaciones, ¿no estaba esto en los planes del anterior director? Sí, estaba, además de otras cosas como así también hacer una entrada nueva y trasladar el centro comercial hacia el otro lado de las termas y hacer una piscina en ese lugar, que sería otra atracción más para los turistas.
Ni hablemos del aspecto feo que tiene ese centro comercial. He sabido de turistas que van a Termas de Guaviyú y una vez que ven eso siguen de largo. Es increíble e insólito que en el peaje del Queguay haya un cartel inmenso de Termas de Daymán; da realmente lástima. Aún el complejo que está frente a Guaviyú tiene un cartel de bienvenida mucho más grande y una entrada que las propias Termas de Guaviyú no tienen. En fin, ¿hasta cuándo los sanduceros e hinchas de Termas de Guaviyú vamos a permitir que los turistas sigan su viaje hacia las termas de Salto sin hacer nada? ¿Qué se está haciendo para cambiar esto? ¿Para cuándo los proyectos e inversiones? ¿Cuánto tiempo tendremos que esperar para que alguien se involucre realmente con estas termas y le dé el empuje que se merecen y nos merecemos todos los sanduceros? ¿O será tal vez que eso sucederá cuando haya un intendente nacido en la inmediaciones de Guaviyú? Realmente aposté y arriesgué cuando invertí en estas termas, estoy tranquilo porque cumplí mi parte para construir dentro de los plazos legales. Espero que los que tienen la posibilidad de abrir el abanico para Termas de Guaviyú lo hagan; es lo que prometieron, entonces manos a la obra.
Inversor decepcionado
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El edil colorado Mauricio de Benedetti expuso su criterio sobre la situación de endeudamiento de Pluna, fustigando la postura adoptada por el Poder Ejecutivo y refiriéndose a los momentos históricos del abultado déficit de la aerolínea.
Señaló que “como todos sabemos hoy Pluna no tiene los recursos para seguir funcionando, por lo tanto el Parlamento votó su liquidación. La administración del señor Matías Campiani editó un texto sobre los números de la empresa, titulado ‘Cuatro años de transformaciones’. Pero según surge del estudio de estos balances entre los años 2000 y 2005, Pluna generó ganancias por U$S 4.364.000. Entre los años 2005 y 2007, gobierno del presidente Tabaré Vázquez se perdieron U$S 74.000.000. Entre los años 2007 y 2011 se perdieron U$S 74.000.000 más y durante las administraciones frenteamplistas los uruguayos perdimos U$S 150 millones, sólo en Pluna”. Añadió que “en el año 2006, el Estado le firmó a Varig (empresa brasileña) una cláusula por la que se comprometía a no hacerle juicio a la misma ni a quienes integran su grupo económico. El 13 de junio de 2007, el Gobierno firma una transacción con Leadgate para el traspaso de la aerolínea cuya cláusula 4.4 dice que las contingencias derivadas de situaciones fiscales, laborales o de previsión social, tanto en el país o en sucursales del exterior anteriores al 30 de junio de 2007, serán de cargo del Estado”.
“Hace un mes el abogado de Matías Campiani logró que éste fuera considerado un trabajador y por eso le pagaron una indemnización de $ 3 millones ¿Y los otros 900 trabajadores, por qué pagarle sólo a uno y tan luego al responsable del quiebre de Pluna? Encima el Estado contrata como co-redactor de la recientemente ley votada al mismísimo abogado, doctor Olivera, algo muy extraño”. De Benedetti sostuvo que “necesitamos salir del pozo, que los trabajadores mantengan su fuente laboral. Pero también se debe investigar cómo se llegó a esta situación, por lo tanto no estamos de acuerdo con la cláusula de confidencialidad. ¿Por qué los uruguayos no podemos saber, qué se quiere ocultar?”
RECIBIMOS Y PUBLICAMOS
¿POR QUÉ NO PODEMOS VOTAR JUNTOS LOS QUE PENSAMOS IGUAL EN DEMOCRACIA?
El país se había cansado de sus partidos tradicionales o la “montonera ideológica” los encontró agotados, quizá con dirigentes más preocupados por recuperar vigencia y beneficios después de la larga noche de la dictadura y …llegó al poder el Frente Amplio, acunado por subversivos, izquierdosos, jóvenes indiferentes y “nuevaoleros” a los que no les importaba (ni les interesa todavía) la política, corporativistas fósiles, funcionarios públicos desencantados porque no conseguían ni lograrán nunca los sueldos que le aseguren pleno bienestar sin zafar de sus menguados esfuerzos y cortos horarios de burócratas. La lista sería interminable porque en aquella “melange” aparecían también muchos culturosos escribas de la paz y de los derechos humanos, entreverados con quienes no habían vacilado en atropellar a sangre y fuego las instituciones. Por supuesto que también existía algún electorado pensante, esperanzado y bien intencionado, que quizá hoy es el núcleo más crítico del actual gobierno, fácil de detectar en vecindarios desengañados donde aparecen quienes atinan a decir que “jamás volverán a creer en nada”, lo que a nadie podrá poner contento, porque esa reacción siempre tiene consecuencias insospechadas, aún promovidas por los que quieran refugiarse en la abstención electoral.
Después de un primer período de gobierno donde los vientos de la floreciente economía mundial alcanzaron a retocar las mejillas castigadas de un Uruguay que se había salvado por un hilo del default que en el 2002 promovía el más tarde presidente Vásquez y gracias a la partida de los “verdes” que nos enviaron los “odiosos imperialistas” cuyas banderas se cansaron de quemar stalinistas, maoístas y castristas criollos, llegamos a la actual administración. La del benemérito y desconcertante José Mujica y de su esposa Lucía, actualizada guerrillera que nos deslumbra con sesudas exposiciones de diplomacia internacional, procurando (casi obsesionada) enderezar los desplantes de su compañero.
Sería absurdo de nuestra parte criticar, entre faltas de ortografía y “fumatas de marihuana” lo que nos dicen a diario (ya nada nos sorprende) los informativos y la prensa libre sobre el desamparo en que ha caído nuestra Salud Pública, la desnudez de una Enseñanza “discapacitada”, la Inseguridad que nos mantiene recluidos a domicilio y de yapa con caer presos si intentamos defender nuestra integridad física y bienes materiales (pocos o muchos, humildes o apenas decorosos, pero bien habidos).
Sólo intentaremos atraer la atención de los partidos demócratas de nuestro país (les llamamos demócratas a los que no aplauden dictaduras y por el contrario respetan los poderes legítimos salvaguardados por la Constitución; los que no clasifican golpes de estado según su conveniencia ideológica ni a los que hacen pesar sus “brazos enyesados” para impedir investigaciones de oscuros actos de conducta oficialista); sobre la necesidad imperiosa de unirse para librarnos de un gobierno frenteamplista que, aún en caída libre” no deberíamos confiarnos que pueden, por escaso margen, mantenerse en el poder. Mientras en algún momento no suceda lo contrario nada fácil será revertir el pronunciamiento montevideano, inexplicable si lo detectamos bajo los montones de basura que padecen, en la oscuridad de sus calles y en los miedos con que se mueven sus habitantes.
Por eso algunos llegamos a preguntarnos ¿Qué es lo que realmente tanto nos separa a quienes no somos frenteamplistas o absurdos izquierdistas? ¿Serán sólo las diferencias del pasado o la incapacidad directriz, caprichosa e interesada de los contados estadistas que le quedan a los partidos? ¿Acaso no serán culpables aquellos a quienes les importa más su beneficio personal que la suerte comunitaria? ¿Tienen miedo de no volver a ser senadores o diputados si se buscan caminos de unidad interpartidaria? ¿O tal vez le temen a la flamante disposición (obligatoria) de poner en las listas de candidatos a una mujer cada dos hombres?
¿No habrá llegado la hora que blancos, colorados e independientes empecemos a movilizarnos para concretar uniones vecinales que nos permitan tener los gobiernos que queremos, sin perder la identidad de nuestros abuelos pero garantizando el bienestar de nuestros nietos? ¿Cómo le explicaremos a éstos que le vamos a recortar sus anhelos, imponiéndoles una forma de elección que nace dividiéndonos? ¿Seremos tan necios, ciegos o sordos a lo que ya se comenta en reuniones familiares, en “esquinas bolicheras” o por idealistas que no saltan de un lado para otro ni se dan vuelta permanentemente, como “panqueques”, procurando un cargo público para sí o para su tribu si es que tiene el suyo asegurado?
Ahora sí, asumiendo la responsabilidad personal no creo que muchos cuestionen el derecho a opinar de esta manera, porque no estaría en la plenitud de jefatura partidaria, tal vez como dice Tabaré, por razones biológicas, aunque tanga cinco años más que él (sólo un período) y la misma edad de Mujica. Pero si alguno quisiera silenciarme, allá con lo suyo, porque sólo habrá logrado que siga insistiendo, como me he propuesto, con un tema de unidad que “ojalá” empecemos por ensayar en Paysandú.
Rubens Walter Francolino Edil del Partido Nacional
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