Paysandú, Domingo 29 de Julio de 2012
Locales | 29 Jul Según datos del Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca, durante el año 2011 la producción citrícola en Uruguay se ubicó en torno a 270.000 toneladas, de las cuales la mitad aproximadamente se exporta y la otra mitad se vende en el mercado local. En Paysandú, los trabajadores nucleados en Osdor (Organización Sindical de Obreros Rurales) responden a un sector de la actividad agrícola que demanda mayor fuerza laboral, como es el caso del citrus sin perjuicio de otros ámbitos productivos. Si bien el sindicato funciona desde hace varios años, se intensificó la relación con la empresa a partir de 2005, al tiempo que existe Sitrafor (Sindicato de trabajadores de Forbel) formada por personal estable, a diferencia de los trabajadores rurales que mantienen una rotación continua en su trabajo de chacra. La alta conflictividad y ocupación de predios agrícolas ha mantenido visible a Osdor en los últimos años, en el marco de una actividad regida por consejos de salarios, laudos y acuerdos tripartitos en la Dirección Nacional de Trabajo (Dinatra). Los convenios han definido su tarea como “peón especializado” y es considerado una reivindicación, entendiendo que para trabajar en una industria que destina su producción a la exportación, deberá profundizar conocimientos en el corte, cuidado y protección de la fruta. Si esto no ocurre, la producción llega a los mercados con alto nivel de deterioro. La calidad de la fruta comienza en la floración, fumigación y mantenimiento dentro de los predios, al tiempo que en la planta de empaque se lava, encera, clasifica por tamaños y son colocadas en una caja. El daño ocurrido en la chacra durante la cosecha no se detecta en forma absoluta al momento de ponerla en la caja de exportación y aparece luego del largo viaje de 3 a 4 semanas por barco y si esto ocurriera, el volumen descendería aún más para tornar inmanejable la ecuación económica.
El comienzo DEL CONFLICTO
En diciembre de 2011, Forbel reunió a la dirigencia de Osdor para transmitirle la problemática de la empresa, en algunos casos similares a otras del sector y en otros, de particular solución. Los aspectos críticos de la cosecha fueron presentados como de incumbencia en la relación laboral. En esa oportunidad, quedó establecido que el 50% del costo total del producto de exportación de Forbel es mano de obra, por lo tanto, un control de rendimiento, calidad y cantidad son inherentes a la gestión. Una nueva reunión el 6 de enero, consideró posibles acciones de mejoras en la productividad y el 12 de enero de 2012 se plantearon al PIT CNT y Osdor en una misiva de manejo tripartito que hace referencia al “replanteo de los principales accionistas sobre la viabilidad de sus inversiones en la región y concretamente en Uruguay, ante la prolongación de esta coyuntura por tres años”. Luego de reconocer que la situación atraviesa al sector frutícola nacional tanto por factores internacionales como locales, la dirección de la empresa entendió “necesario invitar a la parte trabajadora a encontrar caminos para colocarse en la mejor posición competitiva posible, identificando la mejora en la productividad como la única herramienta inmediatamente disponible para bajar el costo de la producción de la empresa”, indica la comunicación. Nunca se planteó rebaja salarial, debido al marco legal y de soporte establecido por la Dinatra por lo que el descenso del costo apunta a “horas efectivas afectadas a la cosecha, incentivo por producción y calidad, descansos rotativos, cambios en la operativa y capacitación continua, entre otros”. En cuanto a las horas efectivas de labor, en este sentido se aclara que la fruta no puede cosecharse cuando está mojada por factores climáticos porque ocurre lo mismo con el trabajador, quien terminará afectando su salud y al comenzar la rotación, disminuye el personal especializado. El horario propuesto se extendería de 12 a 18 para la zafra establecida de marzo a setiembre. En el año 2011 un lector de código de barras y cómputo de horas trabajadas registró 4 horas 15 minutos efectivas, aunque la remuneración corresponde a 6 horas y media. El sindicato defendía la postura de ingresar por el portón del campo a las 12 y egresar por el mismo lugar a las 18, con 20 minutos para llegar, otro tanto para salir y 15 minutos para tomar las herramientas, que suman más de 55 minutos perdidos entre el comienzo del cómputo de remuneración de la jornada y la llegada del primer kilo de fruta cosechada. En la misiva, se establece la necesidad de convenir el cómputo de la jornada con un máximo de 6 horas efectivas desde que el capataz indique el comienzo de la tarea. En el año 2011, el descanso intermedio en la jornada laboral, que son 30 minutos en 8 horas, “se transforman en 45 o 50 minutos, dado la natural tendencia a iniciar unos minutos antes y reiniciar unos minutos más tarde”. Acuerdos refrendados en la Dinatra expresan que otras empresas --como las salteñas--, se desempeñan con un horario corrido. En este caso, la propuesta para el año 2012 se basaba en seis horas completas pagadas de la siguiente manera: de 12 a 16.30 se computarán horas simples al precio del laudo, de 16.30 a 18 se computarán como horas dobles al precio del laudo y se adicionará la compensación ficta por alimentación y vivienda, lo cual está firmado por la dirigencia sindical. Es decir, se cumplen 6 horas efectivas y reciben el pago de 7 horas y media.
Premio por producción
“El incentivo por producción se paga en función del precio unitario por cada bolso de fruta cosechada según la variedad y se computa sobre todos los bolsos cosechados a diferencia de otras empresas que lo computan a partir de un mínimo de rendimiento”. “De acuerdo a lo convenido en la zafra 2011, los bolsos deberían contener 12 kilos netos. Este punto es también muy crítico puesto que del control en la balanza oficial, resulta que los kilos retribuidos con el incentivo superan en promedio un 10% a los kilos efectivamente cosechados”, dice el escrito presentado durante la negociación. La propuesta para el año 2012 establecía “el pago sobre los kilos reales cosechados que surgen de la balanza de la planta de empaque. Es decir, pagar los kilos reales cosechados y no el ficto de 12, cuando los cosecheros sólo llenaban sus bolsos con 10 o menos kilos de fruta. Un estudio de los últimos cinco años, demostraba que la propuesta de la empresa aseguraba que el 75% de los cosecheros con su rendimiento normal cobrarían igual o más que el año 2011, los cosecheros de bajo rendimiento (el 25% de la plantilla) dada su imposibilidad física o aptitud para este trabajo ganarían menos que el año 2011 por el concepto “premio por productividad” no así por las horas, que no se discutía. “El concepto de calidad es otro de los factores que determinan la ineficiencia de una cosecha como el daño de tijera, fruta en el piso por caídas al cortar, etcétera. La fruta afectada pierde todo valor comercial y debe ser descartada. Si no fue posible aislarla para que no pase al cajón, provoca reclamos en los compradores”, expresa. Durante 2011, sólo por la diferencia de peso de los bolsos, la pérdida de fruta pagada y no remitida se ubicó en el entorno del 12%, unos 880 mil kilos o el equivalente a 35 camiones de 25 toneladas. El sistema de descanso rotativo propuesto para la zafra 2012 “implica que se descansa el día de lluvia no trabajado o domingo o feriado no laborable. De este modo se reducen los días perdidos, evitándose la pérdida de jornales”, pero no fue aceptado. Las condiciones de higiene se enmarcan en la capacitación y sistema de mejora continua para el trabajo con alimentos, como el citrus. Este proceso comenzado el 17 de diciembre, se extendió al 24 de abril con la firma de los contratos individuales --un 80% pertenecientes al sindicato--, si bien no hubo acuerdo colectivo con Osdor.
En el primer día de tareas y antes de comenzar la jornada de trabajo, el sindicato comunicó que no acataría el horario laboral firmado y que indicarían al personal que pararían la actividad a las 14 para usar la media hora de descanso. Luego de cuestionar esta actitud, la empresa consultó la voluntad de los firmantes y al no encontrar eco, retiró el personal del campo. A partir de allí, los accionistas de Forbel decidieron tercerizar la cosecha del citrus, con un llamado público al cual se presentó Sercos S.R.L, de vasta experiencia en el manejo y conocimiento del rubro.
La citada empresa se desempeñó hasta el 21 de junio, cuando presentó su renuncia debido a la interrupción reiterada de la jornada laboral por parte del sindicato ante desacuerdos con lo actuado, además de las implicancias económicas y operativas que debió asumir, según explicó. Una de las cuadrillas remitió más de un 60% de fruta perjudicada y ese resultado fue detonante. Los antecedentes se remitieron al asesor de la Dinatra Fausto Lancelotti y de inmediato se efectuó un nuevo llamado, al cual se presentaron las empresas de Mario Saris y de Milton Cabrera, de Salto. Luego de la confirmación de estos dos proveedores, Osdor procedió a la ocupación de los establecimientos el 2 de julio. El 9 de julio, la empresa con sus quintas ocupadas negoció en la sede de la Dinatra, con el sindicato y el Pit Cnt. El 11, tuvo lugar la audiencia judicial, donde la empresa interpuso un recurso de amparo que fue desestimado por el juez Javier Gandini en una sentencia emitida el 13 de julio. Si la empresa apela, el recurso irá a un Tribunal de Apelaciones en Montevideo, que confirmará o revocará dicha sentencia.
CARTA A LA COMISIÓN DE ASUNTOS LABORALES
La siguiente carta fue presentada por la empresa Forbel, en oportunidad de la visita a Paysandú de la Comisión de Asuntos Laborales de Diputados, el 20 de julio para mediar en el conflicto:
“En nombre del Directorio y accionsitas de Forbel S.A agradecemos la preocupación de Uds. en la visita de referencia y la oportunidad que tuvimos para exponer nuestra verdad sobre los hechos que han llevado a colocarnos en esta grave situación. Como Uds. comprenderán, los tiempos y espacios de negociación fueron consumidos irreversiblemente al haberse elegido por parte de Osdor la vía de infligir el daño más profundo a la empresa, como es sacrificar su producción con una medida de ocupación que lleva tres semanas”.
“La huelga es un derecho que todos reconocemos y que implica en esencia el no hacer el trabajo, pero esta ocupación, en nuestro tipo de actividad, implicó todo lo contrario: hacer el mayor daño posible. Los accionsitas nacionales y extranjeros seguimos confiando en la tradición de respeto a la Constitución, a las leyes, así como a los tratados para la protección de inversiones del Uruguay. Seguimos convencidos que el negocio citrícola es viable en el largo plazo y que restablecidas las garantías al libre derecho al trabajo, a la libertad de gestión, a la propiedad y ejercido el derecho a la reparación del daño sufrido, podremos asegurar la viabilidad de nuestro emprendimiento. No vemos otros impedimentos en el futuro para Forbel S.A dado que es una empresa en una posición excepcional al estar financiada exclusivamente por sus accionistas y haber invertido en tecnologías de punta en todas las áreas productivas, por lo que todo riesgo implícito y explícito recae sobre accionistas y no sobre el Estado o la sociedad uruguaya”.
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