Trabajos se interrumpieron
temporalmente

Locales | 05 Ago Dieron por terminada la primera parte de la obra de reconstrucción de la Casa Sorondo, en 33 Orientales y Leandro Gómez y de manera temporal fue interrumpida, mientras el propietario establece la forma de financiamiento para las etapas posteriores.
No obstante, la primera etapa ha sido completada con éxito, asegurando la construcción, eliminando peligro de derrumbes y avanzando en la reconstrucción total de techos, revoques, contrapisos y pisos y desagües pluviales.
La arquitecta Andrea Ostuni, consultada por EL TELEGRAFO, indicó que “hemos cumplido una etapa que nos llevó mucho tiempo y gran esfuerzo al propietario, pero hemos avanzado mucho, ocupándonos de las partes esenciales de la construcción, que estaba muy deteriorada y que hoy en su estructura ha sido recuperada totalmente”. Subrayó que “lo más importante es que hemos respetado todo lo que implica la protección patrimonial que tiene el inmueble, lo que por un lado es algo que entusiasma porque recuperamos sin destruir, y por otro lado exige más cuidado y mayores previsiones”.
La arquitecta del estudio Ostuni-Pons-Lanfranconi, recorrió la casa junto a EL TELEGRAFO, mostrando el avance de obra. “La casa no tiene peligro de derrumbe, quedó muy segura. Toda la parte superior fue encadenada para evitar fisuras, se colocaron los techos y pretiles, se colocó la claraboya central, que exigió un arduo trabajo. También en paredes con registros de humedad y tienen mayólica, la que no se puede tocar por su valor patrimonial, se hicieron desde la parte externa de la pared cámaras para controlar la humedad”.
Asimismo, “se revocó buena parte de la construcción, aunque aún resta el fino; se realizaron casi todos los contrapisos, a los que se les interpuso una lámina de nailon para evitar humedades”.
Por otra parte, aunque la construcción propiamente dicha se encuentra interrumpida, se continúa trabajando, por ejemplo, en la restauración de las puertas. El treillage (estructura enrejada de madera con función decorativa o divisoria) será recuperado, aunque luce bien, por ser también parte del patrimonio de la casa.
También se trabajó en las cloacas internas, cuyo diseño fue reestructurado. Y el sistema de desagües pluviales también fue cambiado, instalándose caños más anchos, acordes para el caudal calculado.
“La casa estaba en ruinas y ahora está sin peligro alguno de derrumbe”, resumió la arquitecta Ostuni. En cuanto al retiro de la defensa externa, que ocupaba las veredas de 33 Orientales y de Leandro Gómez, “fue quitada por más de una razón. En primer lugar porque no es necesaria, no hay peligro alguno de derrumbe; en segundo lugar porque había sido tomado como lugar en que personas hacían sus necesidades”.
El propietario, Andrés Piaggio, considera una operación de crédito para impulsar la culminación de la obra, lo que podría ocurrir ocho meses después de su reanudación. El personal que estaba trabajando fue desplazado a otra obra.
Como fuera informado, la propiedad será transformada en un centro comercial con pleno respeto al valor patrimonial del inmueble, pero al mismo tiempo permitiendo su uso, con comercios y oficinas, así como un patio central apto para actos culturales y un sector lateral, en el área donde se encuentra el patio y la escultura-fuente, destinada a restaurante o similar. Tiene un Grado de Protección Patrimonial 4 (protección integral; bien de valor excepcional que debe ser conservado integralmente. Sólo se admitirán en él apropiadas y discretas incorporaciones de elementos de acondicionamiento).
Las tareas de restauración respetarán en todo lo posible el rico patrimonio de la obra del maestro Francisco Poncini. Así, se mantendrá la fachada y se recuperarán los revoques, al tiempo que se intentará mantener en su estado original las molduras.
La casa fue encomendada a Poncini por el señor Ventura Rodríguez, ocupante de la casa desde febrero de 1865. Pero es conocida como Casa Sorondo, porque en 1932 la heredó la señora Catalina Hengler de Sorondo.