Policiales | 11 Ago Una suma de dinero cuyo monto exacto aún no ha sido establecido fue sustraído mediante amenazas con revólver en un almacén ubicado en la esquina de Libertad y Sarandí, pasadas las 21. Según información extraoficial obtenida por EL TELEGRAFO, un individuo que vestía un equipo deportivo con campera blanca ingresó --con su cabeza cubierta por la capucha-- al local comercial sito en esa esquina, en el preciso instante en que se su dueño estaba ausente y el comercio estaba a cargo de una joven empleada.
El malviviente empujó hacia un costado a la joven y le exhibió un arma de fuego, cuya descripción coincide con la de un revólver. Al ver el arma, la joven se cubrió el rostro con ambas manos, mientras el asaltante se dirigió hasta atrás del mostrador y tomó el dinero del cajón donde se guarda la recaudación del almacén.
Inmediatamente después de lograr el dinero, el asaltante emprendió la fuga junto a un cómplice --al parecer vestía campera gris-- que lo aguardaba en una moto, de baja cilindrada, en la acera frente al local. Los malvivientes huyeron por Libertad al Sur y luego doblaron por Ituzaingó al Este.
Intensos patrullajes
Una vez enterada la Policía, hasta el lugar se dirigió personal de Radio Patrulla, quien se entrevistó con la joven damnificada y recabó los primeros datos. Una vez obtenida la descripción de los asaltantes, funcionarios de la citada dependencia practicaron intensos patrullajes por la zona, interceptando e identificando personas cuya apariencia se asimilara a la de los autores del ilícito.
En los primeros instantes de confusión se consideró como sospechoso del asalto a un conocido delicuente, por el modo de operar del malviviente y porque había cometido días atrás un ilícito en la misma zona, pero inmediatamente se obtuvo información de que éste ya había sido procesado horas antes por dos arrebatos.
Posteriormente, al lugar de la rapiña llegó personal de la Seccional Segunda, que se entrevistó con el propietario del almacén y su empleada, una joven que desde hace tiempo trabaja en el comercio y a la que su madre suele esperar por la noche al final de su horario de trabajo para resguardarla de cualquier peligro.
Finalmente, hasta el lugar concurrió personal de Policía Técnica a efectos de practicar los relevamientos de rigor.