Opinion | 13 Ago Los gobiernos, del tipo que sean, tienen un momento en que deben pasar del período de estabilización al de la acción decidida para favorecer a sus gobernados, tal y como lo exige la democracia indirecta por la cual se gobierna en gran parte del planeta.
Luego de la etapa de toma del poder, tras la de planificación y después de la estabilización del gobierno, llega inevitablemente la de toma de decisiones y la de ejecución concreta.
Esto también le pasa al gobierno departamental de Bertil Bentos. Es tiempo de comenzar a definir clara y de manera contundente. Tiene entre manos varias decisiones que causarán tremendo impacto en la sociedad, pero parece poco interesado en definirlas, sea para un lado o para otro.
Ahí está el enorme problema de quienes en los fines se semana atronan desde el cantero, hacen prácticamente lo que quieren y se creen con todo el derecho de hacer lo que les plazca sin tener en cuenta a nadie más que a ellos. Conviene decir que no superan los pocos cientos, pero allí están, haciendo las noches imposibles a los vecinos que si pagaron por sus casas (y pagan sus tributos), cuando quienes invaden el cantero nunca pagaron nada y si generan adicionales costos para el resto de la comunidad en --por ejemplo-- limpieza.
También está la indecisión de finalmente llevar adelante el lanzamiento de quienes ocupan el ex cine Astor desde hace años, viviendo a cuenta de la comunidad sin pagar nada y viendo como el lugar se destroza. La Justicia le ha dado la razón a la Intendencia, pero esta mira para otro lado y no actúa. Está también el problema de los vecinos de Washington y 33 Orientales con un bar que no respeta norma alguna y que molesta a los vecinos (de nuevo, pagaron por sus propiedades y pagan sus impuestos) basados también en supuestos derechos a hacer lo que quieran y al mismo tiempo el derecho a no respetar los derechos de los demás.
En esta ciudad la Intendencia no se inmuta porque se beba en la vía pública. Pero debería. En esta ciudad la Intendencia quiere hacer un Espacio Joven que bien puede ser una “zona liberada” para que los menores de edad continúen consumiendo alcohol y matando sus neuronas como si nada importara. Como si no fuera necesario respetar leyes y ordenanzas.
Es el famoso momento de decisión (The turning point). La Intendencia debe comenzar a tomar reales decisiones. Se acerca a la mitad del mandato. Es tiempo ya. La ciudadanía espera y desespera. Y no es justo.