Paysandú, Viernes 24 de Agosto de 2012
Locales | 21 Ago En reciente comentario, en el cual se analizó la entidad de los actuales conflictos sindicales, se expresó muy favorablemente la forma en que en el país ha sido regulada la actividad laboral y las relaciones derivadas del trabajo, mediante disposiciones que están incorporadas a la Constitución, que en lo sustancial amparan al trabajo, promueven la formación de sindicatos y hasta declaran que la huelga es un derecho de índole gremial, régimen que sin duda prestigia al país y a su ordenamiento jurídico.
Pero, no obstante compartir plenamente la pertinencia y contenido de tales disposiciones y considerar que es normal que las relaciones de trabajo entre empleadores y trabajadores generen disidencias o discrepancias que puedan culminar en lo que habitualmente se califica como “medidas de lucha”, para apoyarlas, en muchas ocasiones se incurre en excesos al plantear tales medidas, en particular cuando se asocia a la huelga la ocupación de los lugares de trabajo, pues, aparte de ser conocida la discrepancia entre los especialistas acerca de si tal ocupación es o no es una forma de ejercicio del derecho de huelga, poner en ejercicio tal medida conduce, lamentablemente, a alterar con severidad las relaciones entre ambas partes. El reciente episodio suscitado en el conflicto que hubo en la Biblioteca Nacional pone con claridad en evidencia tal riesgo.
También, se consideró en el precedente comentario, que la ocupación del lugar de trabajo es grave error cuando se trata de conflictos entre funcionarios y entidades públicas que atienden funciones que son en verdad incompatibles con su no cumplimiento, como, entre otros, es el caso de los servicios de salud, y también se hizo alusión al actual cúmulo de conflictos en importantes, si no indispensables, servicios, como es el caso del correo; al respecto se aludió a lo equivocado que es que un sector de trabajadores considere que es pertinente que pueda definir cuáles tareas se cumplen y cuáles se mantienen sin cumplir.
A todo ello es hoy pertinente agregar lo que en fecha reciente dispuso el PIT-CNT con relación a las ocupaciones que ha puesto en práctica COFE: ha convocado para una reunión a realizarse el lunes (precisamente cuando este comentario se escribe) a quienes dirigen tal entidad, para poner en su conocimiento que preocupa al PIT-CNT, según informó el diario El País, el tenor de las medidas de fuerza adoptadas por COFE y su desproporción con lo que reclaman, y recordaron lo ocurrido cuando se dispuso la ocupación de la Biblioteca Nacional. Tal convocatoria se hace sin perjuicio de no cuestionarse el derecho de COFE a tomar medidas, ni la legitimidad de sus planteos; se acordó convocar a tal entidad a una reunión para poner el tema sobre la mesa e instalar un debate sobre la dureza del conflicto en el sector público y la necesidad de moderarlo.
Expresó también que la reunión debe servir para debatir la oportunidad de las medidas que se adopten, y cómo éstas afectan la imagen de todo el colectivo de trabajadores. Agregó que si bien en el PIT-CNT se sostiene que la ocupación es una extensión del derecho de huelga, y que eso en dicha entidad nadie lo discute, debe cuidarse el instrumento para no desgastarlo. También se dijo que el movimiento sindical tiene que usar las medidas de fuerza, por ejemplo la ocupación, cuando existe un avasallamiento del ámbito de negociación colectiva; que la ocupación se ha usado cuando se ha vaciado una empresa, o los trabajadores quedan defendiendo sus créditos laborales, pero también que el derecho debe siempre ser bien ejercido para que no se desgaste. También allí se hizo una valoración negativa sobre el incidente de la Biblioteca Nacional, y se discrepó con la extensa huelga en el Correo y con la conducción de la Federación Nacional de Profesores de Enseñanza Secundaria.
Por su parte desde COFE se defendió el derecho a adoptar y conducir su conflicto, que ello no es objeto de debate en el PIT-CNT, aunque siempre ha existido polémica sobre las medidas adoptadas y su proporción. Se expresó también que se irá a la convocatoria que le hizo el PIT-CNT para contestar todas las preguntas y despejar todas las dudas. Defendieron las medidas de lucha aplicadas y se negó que existiera desproporción entre ellas y lo reclamado. Además se afirmó que no hay nada fuera de lugar; también que lo sucedido en la Biblioteca Nacional fue una reacción condicionada a la falta de respeto. Con respecto a la ocupación del Ministerio de Economía y Finanzas, según informa El País de ayer, se expresó por COFE que tal medida se adoptó porque el PIT-CNT no apoyó sus reclamos.
Lo expuesto pone en claro, muy en claro, que el cúmulo actual de conflictos es, además de excesivo, en verdad muy desfavorable; tan desfavorable que al respecto hasta se han suscitado importantes discrepancias dentro del conjunto de entidades que integran el PIT-CNT.
Por ello se entiende que corresponde reiterar lo sustentado en la anterior columna, en la cual se expresó que la “realidad actual, muy desfavorable, no se puede saber hasta dónde podría conducir si las autoridades no realizan un razonable y equilibrado esfuerzo tendiente a su normalización; ello, en esencia, no significaría limitar los derechos sindicales, sino promover que su ejercicio se desarrolle de acuerdo con la entidad de los reclamos y con respeto de las necesidades colectivas, lo cual prestigiaría a las entidades sindicales pues lograrían, con menor esfuerzo y buenas maneras, los resultados requeridos”.
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