Opinion | 26 Ago Esta semana ingresa al plenario del Senado un proyecto de ley que obliga al uso de sistemas de retención infantil en los vehículos que viajen niños de hasta 12 años, entre otras innovaciones como la prohibición de viajar en motos a niños que no alcancen los apoya pies.
El proyecto, que cuenta con la aprobación de la Comisión de Transporte de la Cámara Alta como parte de un proyecto de ley complementario de la vigente Ley de Tránsito, también obliga a que los autos nuevos cuenten con medidas de seguridad como frenos ABS y airbags.
La siniestralidad es la primera causa de muerte entre niños de 1 a 14 años en el Uruguay. La Sociedad Uruguaya de Pediatría realizó un estudio durante un mes en los departamentos de Montevideo, Salto y Paysandú, registrando la totalidad de los siniestros de tránsito en las ciudades durante treinta días. De un total de 73 niños que sufrieron accidentes de tránsito en ese mes, el 34% ocurrió en Paysandú, 9,5% en Salto y 56% en Montevideo. El 41% viajaba en moto y el 63% eran oriundos de Paysandú y Salto. Sólo un 36% llevaba puesto el casco abrochado. En tanto, el 11% de los accidentados que iban en bicicleta no usaba casco.
En lo que refiere al protagonismo de los menores en la alta siniestralidad, un 18% viajaba en automóvil como acompañante y sólo 2% llevaba algún sistema de retención infantil y cinturón de seguridad. El 62% no lleva ningún sistema de seguridad.
Según los estudios en la materia, los sistemas de retención infantil son la mejor protección que podemos ofrecer a los niños cuando viajan en nuestros vehículos, ya que su uso reduce un 75% las lesiones en caso de siniestro. En nuestro país la Fundación Gonzalo “Gonchi” Rodríguez está dando un gran impulso a su uso y recientemente ha firmado un acuerdo con el Banco de Seguros del Estado para que el sistema de retención infantil (SRI) quede incluido en la póliza de seguros contra el daño propio, hurto o incendio.
Independientemente de esto, el principal incentivo para utilizar un sistema de retención infantil para nuestros hijos debería ser la propia salvaguarda de su integridad física y vital.
No obstante, como lo demuestran las estadísticas es muy alto el porcentaje de niños que no utilizan SRI, pero peor aún es que son demasiados los que no llevan casco o lo usan sin prender. Y eso, no es responsabilidad de un niño menor de 12 años, sino irresponsabilidad del adulto que conduce.