Paysandú, Domingo 09 de Septiembre de 2012
Rurales | 02 Sep Procurando asegurarle al sector lechero el acceso a la tierra y ayudarlo en el crecimiento, el Poder Ejecutivo envió al Parlamento el proyecto de ley creando el Fideicomiso Financiero para el Incentivo de la Producción Lechera (FFIP).
El crecimiento de la agricultura granelera, en muchos casos, está desplazando a los tamberos a predios marginales. Las rentas de tierras para los tamberos fueron en promedio a U$S 139 por hectárea, sólo superado por la agricultura y la combinación de agricultura con lechería. Pero más allá de los precios, en la mayoría de los casos, las rentas son por menos de tres años, por lo que la incertidumbre sigue impidiendo al productor desarrollarse. Por eso, el Poder Ejecutivo envió al Parlamento el Fideicomiso Financiero para el Incentivo de la Producción Lechera (FFIP), una idea impulsada con fuerza por el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Tabaré Aguerre y su cartera de Estado, que cuenta con el apoyo de las gremiales de tamberos. La iniciativa pondrá a disposición de los pequeños y medianos productores el recurso tierras, tomándolas en arrendamiento por un plazo de 15 años.
El proyecto de ley prevé la intervención de distintos actores. Por un lado, el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca adelantará dinero para facilitar la puesta en marcha y funcionamiento del instrumento en sus comienzos. La iniciativa busca captar parte del dinero de los uruguayos a través de las AFAP.
El agente operador del FFIP será contratado por el fiduciario de la iniciativa (el administrador de la herramienta), quien tendrá entre sus funciones la proposición de negocios con tierras de aptitud lechera, el contacto con gremiales e intermediarios buscando tierras aptas, así como la reasignación de tierras entre los nuevos beneficiarios en caso de desalojo o rescisión de los arrendamientos. El administrador del fideicomiso también tiene el cometido de controlar los negocios que proponen los operadores, ejecuta las compraventas y los contratos de compraventas a los beneficiarios. Los inversores comprarán títulos que emitirá el fideicomiso, cuyo requerimiento estará asociado a la remisión de leche a planta y a la valorización de la tierra lechera en el mediano y largo plazo. A su vez, las empresas lácteas serán los agentes de retención de los beneficiarios del FFIP.
Una vez cumplido el plazo de hasta 15 años, el productor que recibió la tierra podrá ser desalojado, pero también podrá ser sacado de la tierra por el incumplimiento de dos mensualidades vencidas; por no dar al inmueble el destino exclusivo que se establecerá en el contrato; por no cuidar el predio e incumplir las normas vigentes sobre protección de suelos y aguas; al dar en subarrendamiento, aparcería, pastoreo o cualquier otra modalidad la tenencia total o parcial del predio a terceros.
El juez podrá decretar el desalojo con un plazo de 30 días y citará de excepciones el arrendatario por un plazo de 6 días hábiles. Si una vez decretado el desalojo y vencido el plazo de 30 días, el usuario no dejó la tierra, se procederá al lanzamiento en un plazo de no más de 10 días.
El sector lechero emplea a 20.000 personas en la fase primaria y a otras 3.500 personas en la secundaria. La lechería es un rubro pujante que viene creciendo a un ritmo mayor al 4% anual.
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