Policiales | 04 Sep Un menor infractor de 16 años que hurtó por segundo día consecutivo fue perseguido por la Policía en el marco de un intenso procedimiento llevado a cabo anoche, durante el cual vecinos de la zona de José Pedro Varela y Solís al sur vivieron momentos de alarma al escucharse disparos, en tanto el sujeto huía de la Policía a través de los techos e ingresando a fincas particulares.
De acuerdo a lo que pudo saber EL TELEGRAFO al arribar a la zona del supuesto “tiroteo” --tal era el término que usaban los vecinos al comunicarse con la Redacción para dar cuenta de lo que estaba ocurriendo--, pasadas las 20 la Policía montó un cierre de manzanas en el área circundante a un hotel existente en José Pedro Varela casi Solís, detrás del Hospital Escuela del Litoral, pues en una finca contigua se había escondido el sujeto buscado, tras haber sido perseguido por efectivos de la Seccional Primera, a cargo del operativo.
El menor había sido visto por el personal policial minutos antes, al acudir a un llamado desde una casa de la zona de Vizconde de Mauá casi avenida San Martín, donde alguien había violentado una puerta, causado desorden y hurtado varias prendas de vestir.
Cuando los policías se dirigían a atender dicho llamado, unas cuadras antes de llegar a la finca en cuestión avistaron al joven, “viejo conocido” suyo porque ya la noche anterior lo habían retenido por el hurto de un cargador de batería desde un auto en Benito Chain y Montecaseros.
Al ver a la Policía, el infractor se dio a la fuga, por lo que los efectivos salieron tras él, desconociéndose si iba armado. Así comenzó una persecución que requirió el apoyo de personal de Radio Patrulla y otras dependencias policiales, a fin de darle captura prontamente.
Sin embargo, el menor se introdujo en el vecindario y comenzó a esconderse en casas de familia, sorprendiendo a más de una persona en su loca carrera y en su afán por ocultarse.
Fue así que llegó hasta un hotel, ubicado en José Pedro Varela y Solís, del cual logró huir por los techos. Una empleada del lugar contó que se trataba de un sujeto con vestimenta oscura, delgado y aparentemente menor de edad. “Se fue por los techos, hubo tiroteo y después no supe más nada. No sé si lo agarraron. Me escondí porque tenía mucho miedo”, expresó angustiada.
Según contaron vecinos, se escucharon disparos, pero no sabían si habían sido efectuados por la Policía o el mismo ladrón. Sin embargo, un testigo aseguró haber visto correr a un individuo de similares características “cojeando como si estuviera lastimado en una pierna”, hasta perderse de vista entre unas viviendas.
En tanto, los efectivos actuantes ya cerraban la manzana donde supuestamente se habría escondido el menor, no sin antes correr por los techos de la Escuela 26 para luego cruzar y ser visto tras un muro en una casa ubicada en la manzana opuesta.
La propietaria de la finca contó que “cuando vio a la Policía saltó como un sapo hasta el fondo de mi casa. No lo agarraron porque el terreno es grande y tiene otra salida”. Agregó que se escucharon dos o tres disparos y que la Policía recorrió todo el terreno pero no tuvo éxito.
Indignada ante la situación, la señora contó que dos horas antes intentaron robar el auto de su yerno, estacionado en su casa. Aparentemente se trataría de otro sujeto, porque la descripción de la vestimenta del supuesto ladrón no coincidía con el delincuente perseguido. Añadió además que “hace días que andan en la vuelta, me quisieron tirar la puerta abajo, llamé a la Policía, buscaron en el fondo y no encontraron nada porque ‘disparan’ enseguida”.
“Yo tenía un estado de nervios impresionante. Estoy sola porque mi marido falleció. No tengo otro remedio que llamar a la Policía. Me han tirado piedras en la casa, yo no molesto a nadie, no sé por qué me hacen esto”, se lamentó.
Así las cosas, el despliegue policial continuó sin que hasta casi la medianoche pudiera saberse el destino del menor, que aparentemente logró fugarse o permanecería escondido en algún predio particular del área.
Consultado por EL TELEGRAFO el jefe de Policía, inspector principal Alberto Camacho, poco antes de la medianoche –dos horas más tarde que EL TELEGRAFO fuera enterado por los vecinos del despliegue y los disparos--, dijo estar recién “enterándose del caso” y que no podía brindar información primaria sobre el asunto.