Paysandú, Viernes 14 de Septiembre de 2012
Policiales | 13 Sep Un sujeto de 18 años que está en tratamiento por su adicción a las drogas y es consumidor confeso de pasta base, fue internado en Sala de Siquiatría del Hospital Escuela del Litoral tras comprobarse su participación en el robo de una heladera, una cocina y 50 sillas de PVC desde un salón de fiestas situado en la zona de Antonio Estefanell y Costanera Norte, al culminar un procedimiento de la Seccional Segunda de Policía.
De acuerdo a información de carácter reservada obtenida por EL TELEGRAFO, el lunes personal de esa dependencia obtuvo información confidencial que permitía sospechar que en barrio Curupí el individuo aludido, poseedor de un proceso infraccional por una rapiña y que ya había estado bajo tratamiento por adicción a las drogas, estaría ofreciendo en venta sillas de PVC cuya procedencia se desconocía hasta el momento. El menor fue detenido y puesto a disposición de la jueza Penal de Segundo Turno, Karen Ramos, quien, sin otros elementos en su contra, ordenó la libertad del detenido.
No obstante, al día siguiente se presentaron en la seccional actuante responsables de un salón de fiestas ubicado en la citada zona, quienes indicaron que al mediodía, al concurrir al salón de fiestas, notaron la falta de la heladera, la cocina y las sillas. Ya con la presencia de la Policía, se estableció que los ladrones habían entrado al local por una ventana y egresado por la puerta principal, valiéndose de que el salón suele permanecer durante varios días sin actividad.
Operativo en Curupí
Inmediatamente, se relacionó las sillas sustraídas con las ofertadas por el joven que acababa de recuperar su libertad, por lo que se instrumentó un operativo en el barrio Curupí que incluyó un allanamiento en casa del sospechoso y otros en los domicilios de los presuntos compradores. Como resultado fue detenido nuevamente la misma persona y dos amigos suyos de 17 años. En la inspección ocular practicada en casa de una mujer se encontró la heladera hurtada, que, según la dueña de casa, la había dejado allí el joven de 18 años para que se la comprara luego de probar su funcionamiento. Al allanarse el domicilio de otro hombre, en el mismo barrio, el dueño de casa admitió haber comprado tres o cuatro sillas, pero, al dudar luego de su procedencia, decidió deshacerse de ellas y arrojarlas al arroyo “La Curtiembre”. Ya de regreso en la comisaría, las indagatorias permitieron establecer que el hurto había sido cometido por uno de los menores con la ayuda del otro adolescente y el joven de 18 años, y entre ellos tres trasladaron los elementos hurtados hasta el barrio Curupí, con la intención de comercializarlos. Los ladrones no aportaron datos sobre el destino de la cocina y las sillas hurtadas, por lo que personal de la seccional actuante continúa trabajando en procura de su localización.
En conocimiento de las nuevas actuaciones, el juez Penal de Cuarto Turno, Pablo Dalera, dispuso la conducción de los implicados y, tras tomar declaraciones, resolvió que el hombre de 18 años fuera internado nuevamente en Sala de Siquiatría del hospital y sea sometido a un nuevo tratamiento por su adicción a las drogas.
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