Opinion | 09 Sep Hace pocas horas Paysandú fue sede de una jornada regional, organizada por la Dirección Departamental de Salud y la Corporación Médica de Paysandú (Comepa), --que también fue transmitida a todas las mutualistas afiliadas a la Federación Médica del Interior (FEMI)--, dirigida a efectuar una puesta al día sobre el escenario regional respecto al dengue, y fundamentalmente a difundir la experiencia recogida en la materia por el Dr. Carlos Ripoll, director provincial de programas Sanitarios del Ministerio de Salud de la provincia de Jujuy, Argentina, que está comprendida en la franja de dengue endémico de nuestro subcontinente.
Este tipo de eventos, dirigido a capacitación del personal médico y funcionarios que están en la primera línea de contención contra esta enfermedad de origen tropical, se ponen en marcha con cierta frecuencia en la región desde hace varios años, a partir sobre todo de que se han registrado epidemias y fuertes empujes de casos de esta patología en regiones endémicas, pero con la constante de irse extendiendo a la vez a zonas subtropicales, donde por las condiciones de clima antes era muy difícil que pudiera pensarse en que surgieran casos de dengue.
¿Y qué es lo que ha cambiado entonces para que estemos en el litoral uruguayo argentino en estado de alerta ante el dengue? Pues, entre otros factores, que contamos desde hace unos años con la presencia del Aedes Aegypti, agente transmisor del dengue, el que hasta no hace mucho tiempo era un rara avis por estas latitudes.
En buena medida esto se debe al mentado cambio climático, que en alguna medida ha significado una “tropicalización” hacia el sur de zonas que hasta hace apenas unos años presentaba características de climas más fríos, pero también por el crecimiento de los flujos turísticos de la región, así como la mejora en las comunicaciones, entre otros factores, que actuaron como vehículos de inserción del mosquito que así extendió su hábitat, y hoy se siente cómodo en nuestro medio pero, lo que es mucho peor, todavía ante la indiferencia de una población que no ha asumido cabalmente el riesgo en que nos encontramos. Hace unos años estos eventos en el área de la prevención se hacían ante una casi remota posibilidad de que se dieran casos de dengue autóctono por áreas de riesgo en las que se habían detectado ejemplares del Aedes Aegypti, sobre todo en puntos limítrofes con la Argentina, como Paysandú, pero actualmente en uno de cada diez hogares de nuestra ciudad existe el vector, con una tendencia creciente, pese a las campañas que se han puerto en marcha por coordinación entre la Dirección Departamental de Salud y otros organismos.
Paysandú no es una excepción, naturalmente, sino que en todo el Litoral e incluso en otras zonas del país, incluyendo al mismo Montevideo, tenemos la presencia del indeseable mosquito, por lo que jornadas como la que se desarrolló este sábado en Paysandú adquieren cada vez mayor importancia ante una posibilidad cierta de que en cualquier momento, fundamentalmente ante la inminencia de las altas temperaturas de la primavera y el verano, pueda registrarse algún caso importado oficie de ingreso de la enfermedad.
Este es precisamente el punto crítico que hace hoy la diferencia respecto al escenario de pocos años atrás, y el hecho de que hayamos tenido este cambio negativo pasa también por la falta de conciencia de la población y la marcada prescindencia de muchos vecinos que no han estado a la altura de las circunstancias ni actuado con la responsabilidad del caso en cuanto a adoptar sencillas acciones preventivas para reducir la población del insecto vector.
Como es sabido, ante sucesivas campañas y la tarea de difusión permanente por los medios de comunicación, incluido EL TELEGRAFO, prácticamente no existe ciudadano que desconozca que no deben dejarse recipientes a la intemperie que puedan recoger agua de lluvia, incluyendo tapitas de refrescos, macetas, flores u otros elementos en los que se reproduce fácilmente este mosquito, que tiene un hábitat diferente al del mosquito común. Empero, si hoy tenemos el diez por ciento de infestación con Aedes Aegypti en los hogares de Paysandú es simplemente porque subsiste esa marcada desaprensión en amplios sectores de la ciudadanía, pese a permanentes campañas de descacharrización –una de las cuales todavía está en marcha-- y por nuestra idiosincrasia solo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena, por lo que seguramente la conciencia y responsabilidad que ha faltado todo este tiempo solo se pondría de relieve cuando tengamos algún caso de dengue en nuestro medio.