Se quebró una mano y
se lesionó una rodilla

Deportes | 17 Sep Las tarjetas de la pelea del año fueron claras: 117-110, 118-109 y 118-109. La victoria del argentino Sergio “Maravilla” Martínez ante el mexicano Julio César Chávez Jr., al que le arrebató el título Mediano del Consejo Mundial de Boxeo, no tuvo discusión alguna. Fue tan clara, que hasta no vale la pena entrar en un análisis profundo.
Martínez ganó con comodidad, siendo superior de principio a fin y pegando donde y cuando quiso, lo que le permitió quedarse con la corona por puntos, aunque sin poder acertar al pronóstico de que el nocaut estaba entre las vías más probables de definición. El argentino hizo todo para ganar; pegó arriba, abajo y rápidamente comenzó a sacar ventajas frente a un rival que pareció impotente, atado y sin la sorpresa necesaria como para intentar al menos otro desenlace. Claro, en el último asalto, cuando “Maravilla” tenía asegurada la victoria, fue sorprendido por Chávez Jr. durante un cruce innecesario, con el que el argentino arriesgó demasiado.
Martínez se fue a la lona, ante la mirada atónita de todo el mundo que siguió el combate desarrollado en Las Vegas, poniendo en riesgo la victoria tras una buena combinación del campeón, al que lo único que podía salvar a esa altura era un nocaut. Pero “Maravilla” se recuperó y terminó por sellar una victoria clara y contundente.
Cara victoria
Es verdad que Martínez no pudo obtener el triunfo por nocaut, como se podía esperar en lo previo. Y la explicación llegó tras el combate: en el cuarto round se fracturó la mano izquierda, y la caída del último asalto provocó una lesión en la rodilla, de la que será operado en las próximas horas. El representante de “Maravilla”, el uruguayo Sampson Lewkowicz, dijo a la televisión argentina que “la lesión de ligamentos se le produjo en la caída del último round y necesita operación. Prefiere operarse en España porque tiene su doctor privado, al que le tiene mucha confianza”. La operación se realizará hoy o mañana.
La fractura en la mano izquierda, en tanto, se produjo “entre el cuarto y sexto asalto. En el sexto ya tenía un dolor insportable, y en la esquina ya todos sabían que no podría noquear”, informó Lewkowicz.
Pese a estos dos graves problemas, que llevaron a la hospitalización del púgil tras el combate, Martínez no se quedó arriba del ring ni mucho menos. Buscó la victoria, disimuló a la perfección la fractura en su mano y fue en búsqueda de su rival en todo momento, dejando en claro que se está frente a un guerrero de calidad, que demostró por qué es uno de los tres mejores libra por libra del mundo.