Opinion | 15 Sep El controvertido censo de población y vivienda que se extendió por más de tres meses, aunque iba a durar solo por el mes de setiembre de 2011, sigue dando que hablar, porque pocos confían en las cifras que arrojó el relevamiento, que dio lugar a un gran despliegue de recursos en una modalidad que no había sido utilizada hasta ahora en nuestro medio.
Los resultados oficiales dados a conocer indican que la población uruguaya creció muy poco respecto al censo anterior, y que hubo varios departamentos en los que retrocedió, entre los cuales Paysandú.
Pero en definitiva nunca se va a saber la cifra exacta, por lo menos si nos remitimos a este último censo del Instituto Nacional de Estadística (INE). Cuando todavía no se conocían resultados, el presidente José Mujica se aventuró a decir –suponemos que apoyado en cifras del propio INE que nadie más conocía-- que el Uruguay había retrocedido en población.
Luego se corrigió y dijo que solo se había crecido “muy poco”, y que “somos un país de viejos” (eso no ha cambiado, naturalmente).
En suma, hemos estado estancados demográficamente desde hace varios años, hasta que en el reciente Congreso de Intendentes la directora del INE, Laura Nalbarte, al aportar material de trabajo para los jefes comunales, dijo que en realidad la población uruguaya podría ser de 100.000 habitantes más que los resultados oficiales del censo, pasando a 3.390.077 de los 3.286.314 que se indicó oficialmente. Explicó que la cifra primaria es la de personas efectivamente censadas, pero que seguramente han quedado unas 100.000 personas sin censar, es decir aproximadamente un tres por ciento del total, que responde al margen de error que tiene todo censo. No es poca cosa, en un país en que la segunda ciudad en tamaño –después de la capital—tiene una población similar a esa. Es como decir que “le erramos en un Paysandú, más o menos”.
Pero lo que sí es cierto es que desde que tenemos memoria nunca se había dado que tantos ciudadanos salieran a decir que no se les censó.
Precisamente una de las causas para el retroceso en unas 120 personas de población en Paysandú, por las cifras oficiales, se debe a que ha caído a la mitad la población rural respecto a la última medición. Sin embargo, quienes trabajan con la población rural, consideran que este descenso en las cifras no coincide con lo que se aprecia en el interior departamental.
Por lo tanto, como elemento de trabajo los datos del censo se encuentran muy cuestionados, y por lo tanto hay justificada reticencia a aceptarlos como válidos como insumo, lo que indica que el esfuerzo de un censo “distinto” no sirvió.