Locales | 14 Sep Comenzó el armado final del reactor de la planta municipal de biodiesel de pueblo Esperanza, con la presencia del ingeniero Ricardo Carlstein, técnico argentino que construyera la planta original --inaugurada el 3 de diciembre de 2003 durante la Administración Lamas-- y que funcionara hasta que el intendente Julio Pintos decidiera cerrarla, a pocos meses de asumir.
Carlstein, diseñador y constructor de plantas de biodiesel, que exporta hacia la región, destacó a EL TELEGRAFO que la planta que vendiera en su momento a Paysandú era de tercera generación, y que ahora se está en la octava generación, lo que significa una serie de innovaciones que permiten una mayor eficiencia y facilidad de manejo, entre otras ventajas.
Como anunciara en su momento EL TELEGRAFO, la administración del intendente Bertil Bentos resolvió reactivar la planta que había cerrado la Administración Pintos durante cinco años --argumentando que el biodiesel no reunía las características técnicas necesarias para su utilización como combustible en motores diesel-- y producir el biocarburante para la mezcla con gasoil en porcentajes crecientes, con la posibilidad de llevarlo en su momento al veinte por ciento en la flota municipal. Junto al encargado de la Unidad de Biocombustibles, Manuel Bercianos, el ingeniero argentino destacó que se está ingresando en la delicada etapa del armado del reactor, de una capacidad de 400 litros, que permitirá elaborar unos 800 litros diarios si se desea llegar a este nivel de producción, pero a la vez con la posibilidad de incorporar nuevos módulos para multiplicar esta producción, llegado el caso.
Varios de los elementos de la planta, que fuera desarmada y está siendo reacondicionada en su totalidad, fueron construidos en el taller CMT, de Paysandú, donde precisamente también se ha reconstruido el reactor que es armado con personal municipal bajo la supervisión de Carlstein, para su traslado a la planta de biodiesel.
Bercianos explicó que el técnico argentino vendrá en varias oportunidades a Paysandú, en forma quincenal y a veces semanal, para seguir colaborando en la tarea de reactivación de la planta de biodiesel, que abastecerá a la flota municipal impulsada por motores diesel a través de una mezcla que en principio sería del cinco por ciento.
En diálogo con EL TELEGRAFO, Carlstein recordó la figura de Carlos Saravia, impulsor de la iniciativa de la planta de biodiesel, con quien trabajó para hacerla realidad, y subrayó que “estamos para reactivar algo que nunca debió haberse parado”.
Destacó que “la Intendencia de Paysandú fue el primer ente estatal del continente americano que inauguró una planta integral de biodiesel, donde entraba el grano por un lado y salía el biodiesel por el otro”.