Paysandú, Domingo 23 de Septiembre de 2012
Opinion | 22 Sep Con financiación del Programa de Pequeñas Donaciones del Fondo para el Medio Ambiente Mundial, implementado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PPD/FMAM/PNUD), está en vías de instrumentación una experiencia en la que se espera participen tamberos de la zona de pueblo Esperanza que se dedican a la elaboración de quesos, con vistas a la incorporación de biodigestores, con los que se obtiene gas con fines energéticos.
De acuerdo a lo manifestado a EL TELEGRAFO por la coordinadora nacional del programa, ingeniera agrónoma Sandra Bazzani, éste se encuentra en sus etapas iniciales, pero a nivel nacional ya se han apoyado tres proyectos de similar tenor, los cuales se desarrollan en Rocha y San José, en base a una propuesta proveniente de Costa Rica, con resultados muy auspiciosos.
La instalación de biodigestores en tambos conlleva a la vez un elemento favorable para el medio ambiente, por cuanto además de generarse gas para sustituir por lo menos la mitad del supergas que se utiliza en los tambos, se elimina un factor de contaminación, como es la bosta de vaca, que se acumula en los tambos y genera la proliferación de moscas y olor en el área.
Con la fermentación del excremento en los digestores, “algo que era un residuo se vuelve un recurso para la producción de energía, la que es utilizada no solo para la fabricación de queso sino también para calentar agua a efectos de la limpieza del tambo y por otra parte se genera un subproducto que es un biofertilizante”, según explicó la ingeniera Bazzani.
Es decir que de esta forma se logra un producto que permite al tambero ahorrar dinero en la compra de los fertilizantes convencionales, utilizando uno del tipo ecológico que aporta a la estructura del suelo.
Por ahora, unos seis productores se han interesado en participar en este programa piloto en nuestro medio, y de acuerdo al interés que se manifieste, se evaluará en su momento la cantidad de biodigestores a instalar en base a los montos asignados por el financiamiento del Programa Pequeñas Donaciones.
Por supuesto, en el caso de los biodigestores no estamos descubriendo la pólvora en Paysandú ni en Uruguay, a través de este u otros programas, sino que este mecanismo de producción de gas se conoce desde tiempos inmemoriales, y ha tenido buen desarrollo en varios países europeos, en Asia e incluso en América Latina, e incluso desde EL TELEGRAFO, ya en la década de 1970 y 1980, a través de la página editorial, se ha predicado sobre la conveniencia de instalar este tipo de equipamiento –incluyendo del tipo familiar-- en áreas donde la densidad de la producción hace muy favorable la ecuación económica y consecuente retorno de la inversión inicial para el biodigestor.
Es que los biodigestores permiten mitigar los efectos medioambientales que genera la bosta del ganado, que emite gas metano, uno de los gases que más aporta para el efecto invernadero en la atmósfera.
Con todas estas ventajas no es extraño entonces que la Facultad de Ingeniería trabaje en un sistema integrado de tratamiento de efluentes capaz de convertir el 95% de los residuos orgánicos en combustible, e incluso los científicos uruguayos han logrado patentar este dispositivo para la extracción de flotantes de reactores anaerobios, así como también un sistema de tratamiento de efluentes con alta concentración de grasas y aceites. La patente fue el resultado de una investigación que lleva adelante el Departamento de Ingeniería de Reactores desde 1985. Ahora intenta transferir esta tecnología a empresas que deseen especializarse en diseñar, construir y mantener biodigestores.
Incluso, como se captura el metano, las empresas podrán postularse para recibir bonos de carbono, un sistema establecido por el Protocolo de Kyoto que ofrece incentivos económicos a aquellas industrias que regulen la emisión generada por sus procesos productivos.
Por lo tanto, el biodigestor es un sistema sencillo de implementar con materiales económicos y se está introduciendo en comunidades rurales aisladas y de países subdesarrollados para obtener el doble beneficio de conseguir solventar la problemática energética-ambiental, así como realizar un adecuado manejo de los residuos tanto humanos como animales, por lo que es plausible que se esté trabajando en esta línea por el Programa de Pequeñas Donaciones del Fondo para el Medio Ambiente, y es de esperar que se logre una respuesta auspiciosa en nuestro medio.
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