Paysandú, Viernes 28 de Septiembre de 2012
Locales | 23 Sep La Junta Departamental de Drogas desarrolla modelos de base comunitaria con recursos contratados para trabajar en diferentes problemáticas que plantean las instituciones educativas y centros de salud, sin embargo ha comprobado que no se utilizan debidamente por falta de compromiso institucional. El referente territorial del Ministerio de Desarrollo Social (Mides), Ricardo Fleitas indicó que mientras analizaban los resultados con los técnicos que presentaban el fin del proyecto Savia, “vimos que las fallas están relacionadas con los compromisos institucionales, desde que se comprometen a dar determinados recursos logísticos que después no se dan hasta no lograr sostener las propuestas que generan”. Fleitas explicó que “sostener significa que muchos jóvenes y adolescentes desvinculados de los sistemas, tanto de la educación, salud o recreativos, sean nucleados en proyectos sociales de base comunitaria. Eso le da un sentido, porque empiezan a reunirse en diferentes actividades generando vínculos que sostienen, con la idea que después sean incorporados a las instituciones”. En un resumen de 6 meses de trabajo, “se comprueba que al momento de reinsertarlos nuevamente en la educación, empiezan a registrarse fallas porque la institución no se preparó para reincorporar y no logra sostener”, indicó. Fleitas reflexionó que “de no registrarse un cambio en el compromiso de los actores de la educación, salud o funcionarios policiales será muy difícil sostener a los grupos de adolescentes y jóvenes para que puedan sentirse realmente integrados e incluidos socialmente. Después nos quejaremos --algo que pasa habitualmente--, porque generan problemas con el resto de la sociedad”. Por su parte, el sicólogo Hermann Schreck, agregó que la reflexión deberá extenderse hasta “quienes generamos proyectos para la comunidad” y cuestionarse si “estamos dando los tiempos suficientes o esperando el compromiso real de los actores que verbalmente expresan su interés o necesidad, pero que a la hora de destinar su tiempo o algún tipo de recursos que no necesariamente es dinero, sino un salón para reunirse o una cancha para hacer un partido de fútbol por ejemplo, no se consolida. A la hora de generar un proyecto y ejecutarlo, la sensación es que se termina trabajando en soledad”. Schreck expresó que cuando se convoca a “un proyecto barrial o una charla en un centro educativo, concurren tres o cuatro docentes y si es con padres, vemos que vienen dos familias. Nos replanteamos incluso hasta qué punto estamos leyendo el interés real de la comunidad”.
En las reuniones mensuales de la mesa interinstitucional se definen las políticas sociales que se ejecutan en el territorio, “donde se encuentra representada la educación y otros sectores del gobierno nacional y departamental. El otro punto es el actor que no participa en ninguno de estos ámbitos, en los cuales nos parece importante poder llegar a ellos a través de los medios de comunicación y extender la reflexión de hasta en qué medida todos somos responsables de sostener la sociedad en la que vivimos y hacernos cargo de los problemas que tenemos, especialmente en un sector de la población que es la que siempre aparece como la victimizada. Terminamos hablando de los adolescentes y jóvenes que consumen, que se violentan o tienen problemas con el tránsito y esta reflexión significa eso”, concluyó.
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