Locales | 27 Sep Mientras la semana próxima Uruguay participará en un encuentro bilateral en Brasilia para tratar las exportaciones de barcazas y la inclusión de las empresas navales instaladas en Uruguay en el catálogo de “navipiezas” brasileño y el gobierno nacional prevé que el polo industrial naval de Montevideo inicie sus actividades a mediados del año próximo, el intendente de Río Negro, Omar Lafluf, impulsa que la construcción naval se desarrolle también en Fray Bentos y está en negociaciones con dos empresas navieras.
“Estamos trabajando con dos empresas muy grandes de astilleros navales. Un grupo de capitales europeos y otro argentino. Uno de ellos podría estar instalándose en la cabecera del puente internacional General San Martín, donde era el obrador del puente. En tanto, con el otro grupo estamos negociando dos lugares, que podrían ser el predio de MBopicuá que adquirimos con el BROU, que tiene salida al río, y lo que era la zona franca de Río Negro, que tiene infraestructura muy grande y también posee salida al río”, dijo Lafluf a EL TELEGRAFO.
A fines de julio Lafluf recibió a integrantes del Grupo de Interés Económico Naval “Diques y Astilleros del Atlántico Sur”, quienes trasmitieron el fuerte interés en instalar en Fray Bentos un astillero naval de construcción de barcazas, a través de una inversión de 20 millones de dólares. Con respecto a las posibilidades laborales, informaron que podrán generarse unos 400 puestos de trabajo por lo que sería necesario instalar un centro de capacitación. Desde la Intendencia se informó que existe optimismo en que el asunto pueda ser definido en menos de un año.
INTEGRACIÓN CON BRASIL
A todo esto, Uruguay aspira a lograr la integración con Brasil para la construcción naval, aunque el sector debe mejorar sus capacidades productivas e incrementar la oferta de barcazas, remolcadores y “navipiezas”. Con ese objetivo el gobierno promueve junto al clúster naval el desarrollo de un polo naval en el oeste de Montevideo, en Puntas de Sayago, detrás del edificio del ex Frigorífico Nacional.
Torres dijo también que el gobierno nacional procura que las empresas uruguayas sean consideradas en las licitaciones realizadas por el gobierno brasileño como de origen nacional. Ello les permitiría acceder a mecanismos de financiamiento especiales, lo cual las pondría en paridad de condiciones con las brasileñas. También interesa que las empresas navales uruguayas puedan ofrecer sus bienes y servicios en el catálogo de navipiezas de Brasil, instrumento que hasta el momento sólo puede ser utilizado por empresas brasileñas. El jerarca aseguró que para exportar a Brasil el sector naval debe mejorar su infraestructura y construir el denominado polo naval. “Cuando esté construido habrá una nueva realidad, porque se instalarán astilleros de otro peso y la capacidad productiva crecerá exponencialmente”, afirmó Torres. Y agregó: “Hay varios inversores interesados en instalarse en el polo, pero están a la espera que desarrollemos la infraestructura necesaria”.
El principal objetivo del polo naval consiste en el desarrollo gradual de las actividades orientadas a la construcción, transformación, reparación y mantenimiento de embarcaciones y artefactos flotantes, la fabricación de partes y todo tipo de bienes de equipo y accesorios, incluyendo además las actividades de investigación y diseño de buques y artefactos flotantes.
El predio destinado a la obra se localiza entre los barrios Santa Catalina y Casabó, en el área de influencia de los puertos de Montevideo, Capurro y Punta Sayago. Estará localizado en las fracciones 1 y 3 del inmueble padrón 420.656, ubicado en la Sección Catastral de Montevideo Rural, según plano de agosto de 2004.
El proyecto en su fase final incluye mil metros lineales de rampa de hormigón para varado y botadura de embarcaciones; 550 metros de muelles de atraque para reparación de embarcaciones a flote; 3.000 metros lineales de caminería interna; construcción de hasta 6 astilleros; construcción de talleres de apoyo para la industria naval; construcción de un centro de capacitación y formación en los oficios requeridos para la industria naval; 200 metros de obra de abrigo constituido por una escollera de hormigón con enrocado y hasta 100.000 metros cúbicos de dragado de apertura a profundidades de hasta 5,50 metros Wharton.